El hundimiento del Cetus es una tragedia que marcará la vida de Luis Villafañe

La embarcación Cetus, de procedencia africana, transportaba combustible a la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, que había cargado en Puerto La Cruz, Anzoátegui.

Fue el pasado 16 de febrero cuando el barco, que tenía la bandera de Comoras, un país formado por tres islas ubicadas al sureste de África, emprendió su viaje a través de las aguas del Mar Caribe con 16 personas de diferentes nacionalidades.


Luis Armando Villafañe Navarro, oriundo de Punto Fijo, Falcón, quien se desempeñaba como jefe de máquinas, afortunadamente vivió para relatar al Diario La Verdad de Vargas su experiencia en esta terrible tragedia registrada en aguas venezolanas.


Comienzan las fallas

Mientras se llevaba a cabo el recorrido, la embarcación presentó varios inconvenientes mecánicos, aunque lograron ser solucionados con rapidez por parte de los técnicos encargados.

Pero, a las 7:00 de la noche del miércoles 25 de mayo los problemas comenzaron a agravarse, cuando el barco ya emprendía su viaje de regreso. Esa noche, los tripulantes visualizaron una leve escora (inclinación en el barco debido a la fuerza del viento u otras causas), precisamente en el estribor.


“La escora se iba acentuando cada vez más. En ese momento pudimos realizar to- dos los arreglos, sacando el agua de un tan- que y metiéndola en otro para poder nivelar el buque”, recordó.


Alrededor de las 11:30 de la mañana del día siguiente, José Delgado, capitán de la embarcación, llamó a Villafañe para indicar- le que una escora de 10 grados (mucho más grande que la primera) se había generado nuevamente en el estribor.


A pesar de los grandes esfuerzos realiza- dos por Villafañe y el resto de la tripulación, la escora crecía rápidamente a medida que transcurría el tiempo. Luego de 30 minutos intentando solventar las fallas, la escora ya se ubicaba en 20 grados.


“No me quedó otra opción que decirle al capitán que no podíamos hacer más nada para enderezar el barco. Además, estaba entrando combustible a la sala de bombas y eso nos impedía entrar para seguir haciendo maniobras de lastre”, comentó.


Horas de agonía y terror


Los intentos para controlar las fallas en la embarcación fueron totalmente en vano, el capitán Delgado y todos comenzaron a abandonar el buque, dirigiéndose hacia las balsas salvavidas.


Debido a las fallas estructurales en la parte interna del barco y a la enorme entrada de agua, se generó una escora significativa que provocó que la nave zozobrara a 130 millas náuticas al noroeste de la isla de Aruba, hundiéndose horas más tarde en aguas venezolanas.


A pesar de que los marinos están formados para mantener la calma en momentos de graves riesgos, en muchas ocasiones es imposible no temerle a la muerte, especialmente si se encuentra muy cerca.


Con la voz quebrada, Villafañe recordó el duro momento cuando estuvieron luchando contra la muerte, con desesperación y angustia.


Los 16 náufragos se encontraban sostenidos de la defensa del barco, siendo golpeados
fuertemente por las olas de hasta 8 metros de altura y dentro de una enorme mancha de
combustible.


Fue en ese preciso momento cuando el capitán no logró ganarle la batalla a la muerte. Luego de casi 5 horas peleando contra el poder del mar, José Delgado sufrió un infarto que acabó con su vida, en medio de la nada.


Sobrevivieron 14


La Guardia Costera de Japón recibió una alerta de socorro, donde se indicaron los hechos suscitados en el Cetus. Inmediatamente se llevaron a cabo las labores de rescate por parte de los buques graneleros MV Melba, de bandera panameña, y el UBC Stanvanger, con bandera de Chipre.


A las 10:00 de la mañana del viernes 27 de mayo las embarcaciones llegaron hasta el sitio exacto donde se hallaban los náufragos, los cuales se encontraban debilitados y al borde de la muerte.


Aparte del capitán Delgado, otro tripulante, identificado como Braulio Henríquez, de nacionalidad dominicana, perdió la vida.


El MV Melba trasladó hasta el Puerto de La Guaira a 9 de los sobrevivientes, los cuales fueron ingresados al hospital naval Raúl Perdomo Hurtado de Catia la Mar. Posteriormente se alojaron en un hotel de Macuto.

Por su parte, los 5 náufragos restantes fueron llevados en la embarcación UBC Stranvanger hasta Trinidad y Tobago. Entre las personas trasladadas hasta suelo trinitario se encuentran 3 dominicanos, un cubano y un venezolano.

Villafañe aseguró que la atención recibida ha sido muy buena y que les dan sus medicinas y excelente asistencia del personal. Los funcionarios de migración han estado en constante vigilancia, debido a que todos los documentos legales de los tripulantes desaparecieron durante el suceso.


“De alguna manera pudimos salvarnos, pudimos corroborar la fuerza del mar. Creo que estamos vivos gracias a la misericordia de Dios. Fue un momento que marcará mi vida para siempre porque vi a la muerte”, expresó.


Se fue el soñador, pero no el sueño


“Díganle a mi familia que los amo”, fueron las últimas palabras del capitán José Ricardo Delgado, antes de fallecer. Tenía 30 años de experiencia como marino mercante tras egresar de la Escuela Náutica de Venezuela, actual Universidad Marítima del Caribe.


El capitán subió a la embarcación con un sueño: quería llegar a suelo dominicano para promocionar a su hijo, Fabián Delgado, en las escuelas de béisbol para que fuera incluido como prospecto en alguna organización de las Grandes Ligas.


“El sueño fue mermado por este terrible accidente, por eso quiero que podamos ayudarlo a llegar a ser un gran jugador del béisbol de Grandes Ligas”, expresó Villafañe.

Delgado, de 55 años de edad, fue catalogado como un hombre responsable, cabal, padre de familia, intachable, muy humanitario y un profesional reconocido y querido en el gremio de la marina mercante.
“Esta familia quedó totalmente desamparada.

Es nuestro deber como gremio de la marina mercante ayudarla y darle una esperanza, porque ni siquiera se pudo recuperar el cuerpo. Creo que lo mejor que podemos hacer es unirnos para que el sueño del capitán se logre”, finalizó./jd

Por: Alejandro Díaz

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