Aníbal González: Nuestros médicos dejan en alto a Venezuela

“La familiaridad del médico venezolano siempre nos diferenciará no solo con los de Latinoamérica, sino con los del resto del mundo. Por eso somos tan buscado cuando ejercemos nuestra profesión en otros países, dejando a Venezuela en alto”, expresó con orgullo el pediatra puericultor Aníbal González.

Manifestó que los médicos venezolanos se caracterizan, además de examinar al paciente, de ser sus amigos al darles consejos y escuchar sus problemas.  A diferencia de otros países donde no se ve ese tacto social, familiar, ameno y agradable que manejan en las consultas durante toda una vida.

“Nuestros maestros nos enseñaron a ver el paciente como un familiar, a sentir sus dolencias y a entregarnos de vocación para regresarle una sonrisa y una vida saludable”.

Durante sus 4 años de estadía en Ecuador, donde ejerció la pediatría en las áreas de emergencia por sanidad y en el seguro social, vivió una experiencia gratificante cuando en la apertura de un extraordinario hospital en Quito los pacientes acudieron masivamente al saber que habían profesionales venezolanos.

“Casualmente en la inauguración había médicos venezolanos y una colombiana. Al correrse la voz fue impresionante la cola de pacientes que iban porque les llamaba la atención que realizáramos una evaluación física céfalo caudal y preguntáramos por los antecedentes”

Dijo que en un turno de 12 horas manejaban más de 180 pacientes. “Fue gratificante saber que en otras comunidades responden al llamado cuando hay un médico venezolano ejerciendo un servicio público o privado”.

Toda una familia de médicos

El especialista tiene 29 años de graduado como médico general y 22 como pediatra puericultor egresado de la Universidad de Carabobo con el postgrado de pediatría puericultora en el Hospital Universitario Dr. Ángel Larralde en Valencia, donde fue jefe de servicio de pediatría y jefe de emergencia. Además, cuenta con experiencia nacional e internacional.

Ofrece consulta integral de niños y adolescentes hasta los 17 años en el Centro Comercial Delta, en Maiquetía, los días lunes, miércoles, jueves y viernes desde la 1:00 pm a 5:00 pm. También en el Centro de Diagnóstico Gamma los lunes, miércoles y sábado de 8 am a 12 del mediodía.

A pesar que en su familia hay varios médicos, unos en el exterior desde hace muchos años y otros aquí en el país, su vocación nación cuando era un niño pues desde pequeño siempre tuvo la necesidad de querer ayudar a los personas. “Recuerdo que cuando tenía 7 u 8 años mi madrina me regaló un muñeco de anatomía que se armaba. Para mí fue el mejor regalo”.

Relató que en todos sus años de carrera han sido muchos los momentos satisfactorios. Uno de ello fue en la Unidad Hemato Oncológica Pediátrica del hospital Larralde, allí como pasante de postgrado vio niños con leucemia, incluso de meses, adolescentes con osteosarcoma, linfoma y diferentes patologías oncológicas.

“Ver su recuperación cuando hay un diagnóstico temprano y equipo que se entrega, porque para ser médico se necesita vocación, es gratificante. En el caso de los pediatras tenemos que tener mucha paciencia no solo por nuestros pacientes, sino también por los papás porque uno debe entender que ellos se angustian cuando traen sus hijos a las consultas y el pediatra tiene que demostrar entereza, confianza y saber escuchar”.

El doctor González les recuerda a los nuevos colegas en formación que la medicina es una vocación para toda la vida. Los invita a educarse y actualizarse continuamente porque la medicina avanza.

“Me llama la atención que busquen la carrera por la parte monetaria y no por la parte social que es lo que debe tener todo buen médico. Por supuesto nosotros necesitamos pagar una vivienda, tener un vehículo, comer y mantener una familia. Pero, siempre tiene que existir esa labor social que caracteriza a todo médico. En cuantos a sus profesores, un nivel de exigencia y de respeto humano al paciente por igual tanto en lo público como en lo privado”.

Enfatizó que es una vocación al servicio y que en esta profesión sacrifican fechas importantes porque están entregados a una profesión que les demanda las 24 horas. “Celebremos juntos el 10 de marzo, como el día del médico venezolano, dando lo mejor de nosotros por nuestros pacientes”.

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