Violencia de pandillas agrava la desnutrición infantil en Haití

“Todos los días recibimos aproximadamente entre 120 y 160 niños para vacunación, y ahí es cuando hacemos exámenes, especialmente sobre desnutrición”, señaló el fundador del Hospital de Fontaine en Cité Soleil, José Ulysse.

El personal médico se ocupa de bebés y niños pequeños llevados por sus madres o enviados por asociaciones o incluso por sacerdote al centro de salud ubicado en el barrio marginal más grande de Puerto Príncipe, Haití, que es controlado por pandillas.

“Hace cuatro o cinco años, en este lote había 10 niños por día que necesitaban ayuda nutricional. Hoy son entre 40 y 50”, lamenta.

Los casos menos severos regresan a casa después de algunos exámenes y se brinda apoyo nutricional a sus familias. Los que están en estado crítico son hospitalizados. “Algunos son francamente esqueléticos y tienen problemas para respirar”, dice el director.

Rostros demacrados, costillas salientes, hinchazón de abdomen, raquitismo: los niños, todos menores de dos años, padecen a menudo complicaciones médicas.

“Antes teníamos una capacidad de 20 a 25 camas, pero este año, con el pico (de casos de nutrición severa), hemos aumentado a unas 60”, cuenta Ulysse.

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