Vacuna de Pfizer debe mantenerse a -70º C

Después del esperanzador anuncio de Pfizer sobre la eficacia de su vacuna contra el coronavirus, surgen las interrogantes en torno a los desafíos que supone su eventual distribución a gran escala.

La vacuna está basada en una tecnología innovadora, que consiste en inyectar en el organismo instrucciones genéticas llamadas ARN mensajeros, que dictan a las células qué deben fabricar para luchar contra el coronavirus. Es el mismo método que utiliza la firma estadounidense Moderna, también en la carrera por hallar una vacuna. Pero estas inmunizaciones deben conservarse a temperatura muy baja, a -70 ºC en el caso de la de Pfizer/BioNTech, lo que puede suponer un freno logístico de envergadura para su distribución al mundo entero.

“Es un problema”, indicó Bruno Pitard, director de investigación del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, para quien este modo de conservación es necesario puesto que el “ARN es una molécula muy frágil”.

BioNTech aclaró el martes que una vez se saca la vacuna de los congeladores especiales, las dosis pueden conservarse durante 5 días en una nevera clásica, entre 2 y 8 ºC. Ello hará necesario que la logística reduzca al mínimo el margen de error para lograr que el material llegue en el momento justo y no quede almacenado tiempo de más en condiciones insuficientes.

Por su parte, todos los países que compren este tipo de vacunas deberán poner a punto (o construir desde cero) sus redes de producción, almacenamiento y transporte de ultracongelación. Incluso para los países ricos que han reservado dosis, incluidos Japón, EEUU y el Reino Unido, la entrega de la vacuna de Pfizer implicará obstáculos considerables.

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