Ocho familias cruzan el río Curucutí en medio de maleza y aguas negras

 

* Han sido inspeccionadas por Ivivar al menos en 20 oportunidades

Luisana Brito

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En precarias condiciones viven todavía ocho familias en el callejón La Mora, al otro lado de la quebrada El Curucutí, en Carlos Soublette. Algunas no cuentan con baño, por lo que deben hacer sus necesidades en periódico o latas y desecharlo en el contenedor de basura más cercano.

En el sitio residen alrededor de 10 menores de edad y el mayor no pasa de los 13 años. Ellos deben cruzar el río a diario entre maleza y aguas servidas que vienen desde la parte alta de Canaima y Montesano, porque tampoco cuentan con un puente que les facilite la movilización.

La mayoría de los ranchos son de bloques rojos, pero algunos son de madera vieja y deteriorada porque tienen más de una década aguantando lluvia y sol, por lo que temen que en cualquier momento puedan derrumbarse.

Ana Acosta, vecina y jefa de calle del CLAP de El Trébol, destacó que al menos en 20 oportunidades han sido inspeccionados por el Instituto para la Vivienda de Vargas (Ivivar), pero siguen esperando por la asignación de un techo digno.

“Cuando se cayeron las casas en la parte alta vino una comisión de Ivivar para inspeccionar los daños y aprovechó para realizar un censo, pero nos dijeron que teníamos que esperar porque no tienen para darnos una respuesta en materia habitacional”.

De igual manera, destacó que “el Procurador dijo que iban a limpiar la quebrada para pasar con mayor comodidad y tampoco han enviado la maquinaria. Nosotros apoyamos la gestión del Gobernador, pero ellos a nosotros no”./jd

 

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