Venezolano degolló a una venezolana y los colombianos lo mataron a palos
Un venezolano, que minutos antes habría asesinado a su expareja al causarle una herida en el cuello con un machete, también perdió la vida, pero por medio de un linchamiento ejecutado por la comunidad del municipio de San Onofre, Sucre, en Colombia.
Los hechos ocurrieron poco antes de las 10:00 de la mañana, de este jueves, 8 de diciembre, cuando el sujeto llegó a la casa de su compañera sentimental, María Eugenia Romero Campo, también venezolana.
Él había ido desde Barranquilla, luego de 2 años de separación, buscando una reconciliación. Pero, tomó licor para darse valor y eso no le gustó a la mujer, a quien no le emocionó la propuesta hecha en esas condiciones.. Volvieron a discutir. No hubo acuerdo. Él se retiró.
El hombre regresó, entró a la casa y se dirigió a la cocina donde María Eugenia, como acostumbraba, desgranaba un maíz para hacer los buñuelos que luego saldría a vender su mamá. Con eso se ganaban precariamente la vida, en medio de graves necesidades.
El asesino no pronunció palabra alguna, ya todo estaba dicho: él fue a matarla con premeditación y alevosía, por eso la atacó con el arma blanca causándole la muerte de manera inmediata.
Luego se fue al patio de la casa y se auto lesionó, cortándose las venas de los brazos. Mal herido lo llevaron al Hospital local, de donde fue remitido a la ciudad de Sincelejo, en una ambulancia.
Metros más adelante de don- de se perpetró el asesinato de María Eugenia Romero, quien era muy querida por todos, la comunidad tomó la vía y con piedras impidió el paso de la ambulancia. Y obligaron al asesino a que se bajara. Tomaron la justicia por sus propias manos.
Las unidades de la Policía Municipal y de pueblos cercanos que llegaron en refuerzo, además de la Infantería de Marina, no lograron controlar a la gente enardecida que obligó al conductor de la ambulancia y sus demás ocupantes, a que se fueran, excepto al homicida, a quien mataron a palos.
Luego destrozaron la ambulancia y finalmente le prendieron fuego. Así estaban de enardecidos.