Las ZEE pueden impulsar la economía
Los economistas coinciden en que entre los retos de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) está la generación de confianza entre los inversionistas y los retos macroeconómicos de fondo, como la alta inflación y las fallas en servicios esenciales que deben ser tratados en primer lugar.
El docente del Iesa, José Manuel Puente, dijo al Diario La Verdad de Vargas que este nuevo mecanismo “es una carta bajo la manga de la revolución a la cual le atribuye la posibilidad de reactivar la economía”, aunque aún no está muy claro.
La reactivación de la economía del país pasa por un programa de ajuste macroeconómico con políticas fiscales, monetarias y cambiarias, así como ayuda financiera internacional, porque desde 2014 al 2020 el país ha perdido el 75,9% del PIB, por ejemplo.
Advirtió que muchos de los desequilibrios que llevaron a los 7 años de recesión aún siguen presentes, “porque todavía no se han tocado los orígenes del problema, y muchos de los servicios siguen igual o peor en cuanto a calidad.
En La Guaira, por ejemplo, las fallas con el suministro de agua son alarmantes. Se deben mejorar esos puntos si se pretende impulsar el país con las ZEE».
Reconoce que se salió de la hiperinflación, pero “el país aún tiene la inflación más alta del mundo”.
La economía mundial se está desacelerando por la guerra Rusia-Ucrania
Aunque Venezuela experimentó el año pasado un ligero crecimiento de su PIB, que se proyecta también para el 2022, los desafíos que enfrenta el resto del mundo también le pasarán factura al país.
Jesús Palacios Chacín, economista de Ecoanalítica, señaló que en el primer semestre del 2022, el PIB del país creció en dos dígitos, cercano al 10%, según sus cálculos, “pero con algunas tendencias hacia la desaceleración en el retail, en alimentos y cuidado personal”.
Hay preocupación para el segundo semestre por el impacto tanto endógeno como exógeno de la inflación, impulsada por la crisis energética provocada por la guerra Rusia-Ucrania, que está frenando la economía mundial y puede bajar el consumo del venezolano promedio y ralentizar la actividad económica”./GH
Por Gabriel Hernández