Degüellan a vigilante de tasca frente al Hospitalito

 

 Como todos los días, los dueños del Club Social Antonio Ramón Carrero, al final de la avenida El Ejército, frente al Hospitalito, en Catia la Mar, llegaron a las 7:00 am, pero se consiguieron con la puerta cerrada. Tras llamar varias veces al encargado de vigilar el negocio y no obtener respuesta, tuvieron que recurrir a la policía.

Atónitos se quedaron cuando los funcionarios ingresaron y hallaron el cuerpo sin vida de  Carlos Martínez Rivero en medio de un charco de sangre. Lo habían degollado y le propinaron múltiples puñaladas en el pecho. El hecho ocurrió en horas de la madrugada.

La víctima no solo vigilaba el lugar sino que también vivía allí desde hace seis años. Deja tres hijos en orfandad: una hembra y dos varones. De acuerdo con los familiares, Martínez había trabajado como cocinero del Saime en su sede en Caracas.

Al sitio acudieron efectivos de Polivargas que resguardaron la escena del crimen mientras arribaron los sabuesos del Eje contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), quienes descartan el móvil del robo dado que no se llevaron nada.

Con este hecho de sangre van tres muertes violentas en la primera quincena de noviembre.

Atrapan a homicidas en tiempo récord

 Los sabuesos del Eje contra Homicidios peinaron los alrededores del local, dado que conocieron que hace una semana la víctima había recibido una amenaza de muerte por parte de una pareja de indigentes.

Fue en la Calle del Hambre donde dieron con dos sujetos con características similares a las aportadas por los familiares.

Estos quedaron identificados como José David Jiménez Gedler (21), apodado “El Chelo” y quien es señalado como líder de una banda de menores de edad que piden, mendigan comida y roban a los transeúntes. También presenta una solicitud por los tribunales. Mientras que la mujer responde al nombre de Liz Yenire Valeria Amaya Ruiz (18).

Ambos se habían metido hace una semana y se llevaron del club comida y otras pertenencias. Como Carlos Martínez los había descubierto, les reclamó y estos lo sentenciaron de muerte.

Las investigaciones señalan que la pareja irrumpió la madrugada de ayer por el techo cuando el vigilante dormía, le cayeron a puñaladas y lo degollaron. Murió desangrado. El cuchillo utilizado fue localizado en una zona boscosa cerca de la Calle del Hambre.

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