Crisis humanitaria en la frontera de Chile por llegada de venezolanos

Ante la masiva llegada de venezolanos, las autoridades de pequeños pueblos fronterizos del norte de Chile exigen la intervención urgente del Gobierno por encontrarse “saturados”, sufriendo desabastecimiento, tomas de viviendas para refugio de los indocumentados y nulo control de la policía.

El domingo entraron mil y el martes 1.600 por la frontera con Bolivia

Ya que el control migratorio se concentra en la frontera con Perú en Arica, los migrantes se han lanzado a intentar el ingreso por zonas menos custodiadas desde Bolivia. Con este cambio de ruta, trasladaron la tensión a pueblos muy pequeños que no tienen ninguna capacidad para contenerlos.

El último domingo se registraron casi mil ingresos en un sólo día. Familias enteras llegan guiadas por bandas de “pasadores” ilegales. “Nos demoramos como siete horas en pasar. Los pies no dan más, hermano”, expresó Jahir, un venezolano que permanece en la plaza central de la comuna de Pozo Almonte, localidad ubicada al interior de Iquique en la región de Tarapacá. 

Cuenta que los más jóvenes que realizan el trayecto a través del paso Desaguadero desde Bolivia hasta la frontera con Chile pueden completarlo en las mismas horas que él lo hizo. Sin embargo, hay quienes deben redoblar sus esfuerzos para alcanzar a llegar a Colchane, la primera localidad chilena desde suelo boliviano. 

“Vienen personas mayores, mujeres, familias completas con niños hermano. Esto es una aventura muy desgraciada. Hay muchos que se tienen que devolver porque no pueden. Otros se quedan en el camino”.

De $200 a $500 por familia 

El paso Desaguadero es hoy el más utilizado para llegar a Chile. Este los deja en en el pequeño pueblo de Colchane en la región de Tarapacá, una localidad montañosa ubicada a 3 mil metros de altura y con apenas 1.600 habitantes. Su clima es extremo: altas temperaturas en el día y muy bajas en horas de la noche, por tratarse de zona cordillerana y desértica.

Los que se han atrevido a realizar este trayecto advierten que no se aconseja el uso de celulares, en todo momento deben guardar silencio y los niños deben siempre permanecer muy cerca de sus padres. Un paso en falso podría significar llamar la atención de la policía o personal militar. 

Los que dirigen el trayecto, con la ruta y las “estaciones” son los denominados “coyotes” o “pasadores” que cobran entre 200 a 500 dólares por familia. Algunos cobran mucho más cuando hay niños.

Yoseidys Díaz, una venezolana de 25 años que ingresó junto a su esposo y sus dos hijos de 3 y 7 años, explicó que si se «autodenuncian» o reportan ante las autoridades, se les ofrece ser llevados a un refugio evitar el contagio del Covid, por lo que decidieron hacerlo.

En conversación con Infobae,el alcalde de Colchane, Javier García, advierte que hasta hace semanas “diariamente ingresaban y se autodenuncian unos 150 inmigrantes”. Este número incluye a las personas registradas, y se ignora el total de quienes prefieren otras vías de acceso no habilitado. Un registro que es imposible de tener pues “el control de los pasos no habilitados es nulo”. 

Pero en los últimos días se ha producido un súbito aumento de ingresos. Asegura que el domingo pasado “tuvimos mil inmigrantes”, y que este martes 2 de febrero se registraron 1.600 personas, y de ellos, 500 fueron trasladados a Iquique, la ciudad capital regional, en un total de nueve buses.

“Los inmigrantes ingresan al país sin ningún control. La inclusión de personal militar en la frontera sólo ha perjudicado la vida normal de los pobladores”. Por lo anterior es que durante este martes el alcalde exigió la renuncia del Intendente de la Región de Tarapacá, Miguel Ángel Quezada, quien está de vacaciones desde el lunes.

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