AI denuncia arrestos en centros de cuarentena obligatoria

En Venezuela se reportaron al menos 90 mil detenciones

Amnistía Internacional (AI) denunció este lunes en un informe la violación de los derechos humanos de miles de personas encerradas en centros de cuarentena obligatoria por la pandemia de Covid-19 en Venezuela, El Salvador y Paraguay.

Según el documento, titulado “Cuando la protección se vuelve represión: Cuarentenas obligatorias durante Covid-19 en las Américas”, el organismo documentó al menos 90.000 arrestos en Venezuela, 16.000 en El Salvador y 8.000 en Paraguay.

La organización identificó la mayoría de los arrestados como migrantes, refugiados o personas de ingresos bajos que han sido internados en centros estatales para obligarlos a cumplir con la cuarentena “en condiciones insalubres y a veces inhumanas”.

“Esta investigación se basa en el número de denuncias que recibimos de estos países por la implementación de políticas de confinamiento forzado que se convirtieron en medidas punitivas”, dijo a Efe la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Érika Guevara.

Según la organización, muchos de los enviados a centros de confinamiento en Venezuela son ciudadanos deportados desde Colombia y Perú, mientras que en Paraguay son personas que volvieron a su país tras perder el trabajo en Brasil por la pandemia.

Si bien, ya El Salvador y Paraguay cerraron estos centros al disminuir los contagios, Guevara advirtió que siguen funcionando en Venezuela y que existe el riesgo de que otros países “se sientan tentados” a usar estas medidas frente a los rebrotes de coronavirus.

Sin higiene y con riesgo de contagios

Según Amnistía Internacional, que ha tenido acceso a varios vídeos, los centros de cuarentena son “instalaciones improvisadas” en almacenes o estadios deportivos que no cuentan con condiciones de salubridad y donde los detenidos no reciben atención médica.

“Hay gente que ha pasado más de 30 días encerrada cuando la propia regulación de la OMS (Organización Mundial de la Salud) dice que el confinamiento no tendría que pasar los 15 días”, señaló la directora de la organización en las Américas.

“Me gustaría olvidar todo esto, pero no puedo”, dijo Ana Cristina, una salvadoreña que pasó 40 días en un colchón sucio en el suelo de un centro de cuarentena tras ser arrestada en abril mientras compraba alimentos y medicinas.

Además de las condiciones inhumanas, Guevara señaló la “estigmatización” de las personas que pasaron por estos centros, que en Venezuela fueron tachadas por el Gobierno de “armas biológicas” enviadas desde Colombia.

Advirtió que en estos centros se ha mezclado a sospechosos de Covid-19 con personas que no lo eran, por lo que los detenidos “corren el riesgo de contagiarse”.

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