Mujer: Denuncia y salva tu vida

Alejandro Díaz

A lo largo de la historia de la humanidad, la figura femenina ha sido víctima episodios de violencia y discriminación que han llegado, incluso, a acabar con la vida de miles de mujeres en todo el mundo.

Pero, en los últimos tiempos, las cosas han cambiado, especialmente desde mediados del siglo XX, cuando activistas feministas salieron a manifestarse a favor de combatir la violencia de género.

Las manifestaciones han dado sus frutos parciales en algunos países occidentales, con la aprobación de artículos y leyes que prohiben la violencia contra las mujeres, pero la realidad es que es un problema que va más allá de la justicia: Es un problema de cultura ancestrales que promueven la supremacía del hombre, el machismo, la dominación de la mujer por el hombre y en Venezuela esta situación en lugar de cambiar para bien de la mujer, cambia, pero para peor.

De acuerdo con las cifras manejadas por la Organización No Gubernamental Utopix, en el país se registraron 240 femicidios durante el año 2022 y hasta el mes de abril de este 2023 ya contabilizaban 63 asesinatos de mujeres a manos de hombres.

Una cuarentena de terror

El covid-19, afectó muchas cosas en el mundo y en Venezuela, luego de que el presidente Nicolás Maduro, decretara las medidas de cuarentena debido a la llegada del primer caso de coronavirus, para una gran cantidad de venezolanos fue un alivio y un decreto necesario para resguardarse en sus hogares y evitar un posible contagio. 

Sin embargo, para muchas mujeres, la cuarentena significó el inicio de un infierno, puesto que aumentaron las horas de convivencia, y el confinamiento generó presiones y alteraciones psicológicas tanto en hombres como en mujeres, y se desató una ola de maltratos y violaciones contra la integridad física y psicológica de las partes más débiles en el hogar: las mujeres y los niños. 

Ese 2019 los femicidios se dispararon en Venezuela: En los primeros 10 meses, mientras el mundo contaba muertes por la pandemia, el país perdió a 217 habitantes por violencia de género. 

Por ejemplo, María Elena García, una mujer de 35 años, tuvo que vivir un calvario en medio de la cuarentena. Mientras más días transcurrían, más graves eran las agresiones físicas que le propinaba su pareja, ahora de- venido en su agresor. Llegó a recibir golpes en la cara, en sus brazos y piernas, quemaduras en su cara, causadas por cigarrillos y lo peor de todo, sin saber adónde acudir para denunciar estos hechos. 

En otra vivienda venezolana en medio de la cuarentena, una niña de 5 años fue víctima de actos lascivos y abuso sexual por parte de su padrastro, quien aprovechaba los mo- mentos cuando la madre, enfermera de profesión, acudía a sus guardias en el hospital para cometer sus aberraciones en contra de la menor. 

Historias como estas suelen abundar en Venezuela, un país donde no existen datos oficiales y las organizaciones, en conjunto con los medios de comunicación, se han dado a la tarea de monitorear y contabilizar los femicidios y de más casos de violencia de género que se registran en todo el país.

La violencia de género en el Litoral Central

En La Guaira son cada vez más las denuncias que llegan a la sede del Servicio de Investigación Penal (SIP) de la Policía Municipal de Vargas, ubicada en el Balneario de Catia la Mar. 

El comisionado Héctor Paredes, explicó que los casos de violencia de género han ido en aumento debido a la cuarentena que desencadenó y ha dejado una secuela de innumerables problemas de alteración de la psique, cambios en el comportamiento humano y agravamiento de los problemas propios de la convivencia que, al aumentar las horas de interacción, acaban en hechos violentos. 

Un caso relevante de maltrato hacia la mujer, en el ámbito regional, fue registrado en el año 2022, cuando Henry David Ascanio Campos quedó privado de libertad por abusar sexualmente de su hijastra de 11 años de edad, en el urbanismo Hugo Chávez. 

Por su parte, Floriana González, habló sobre los momentos de angustia que experimentó cuando su pareja la golpeó en la cara y luego intentó estrangularla en medio de una discusión generada dentro de su vivienda, en el sector Piedra Azul, Maiquetía. 

“No se lo deseo a nadie. Fue un episodio de mi vida que he tratado de olvidar, pero es una herida muy grande y difícil de cerrar (…) Como todas las parejas, teníamos nuestros problemas y nuestras diferencias, pensé que podíamos superarlos juntos, pero él cambió e hizo otros planes. 

Al principio era un acoso, que después se convirtió en amenazas hasta llegar a la violencia física”, relató la mujer. 

González se tuvo que llenar de valor para denunciar estos hechos. 

“Esto no es sencillo. Cuando me agredió e intentó estrangularme, creí que iba a morir y solo pensé en mi hija ¿quién la iba a mantener? ¿cómo iba a crecer?”, relata aún con dolor.

Luego, seguramente a la mente de Floriana llegaron los fantasmas que te invaden cuando además de los golpes, tienes que confrontar con las necesidades del día a día de toda vida: casa, vestido, alimentación, el futuro de los hijos.

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