21 familias sobreviven en refugio con filtraciones

Piden ayuda al Gobernador para que les adjudiquen viviendas dignas

Luisana Brito, [email protected] Desde enero del año 2000, 21 familias sobrevivientes de la vaguada de 1999 se vieron en la necesidad de invadir los espacios del Refugio Padre Machado, ubicado en Navarrete, Maiquetía. Para ellos la situación ha sido difícil, sobre todo por las constantes fallas en los servicios públicos y las condiciones del lugar.

Los constantes derrames de agua y la falta de permeabilización en el techo han generado filtraciones en las paredes. Las cabillas sobresalen, poniendo en peligro a niños y adultos mientras duermen.

El lugar solo cuenta con  pequeños cuartos donde pueden guarecerse; allí se bañan, cocinan y duermen porque no tienen otro lugar a donde ir. Hay casos donde habitan varias familias en una pieza, pero la convivencia se hace imposible por la privacidad.

Rosa Palacios, refugiada, explica que la Gobernación y el Instituto Autónomo de la Vivienda en el Estado Vargas (Ivivar) los han censado en múltiples oportunidades y la única respuesta ha sido que deben esperar a que las edificaciones, aún se desconoce el sitio, estén listas para adjudicarse.

“El temor que nos genera esta situación es que en cualquier momento se nos venga el techo mientras estemos durmiendo. Son más de 20 niños quienes han nacido y criado en este lugar. Tenemos 17 años clamando la ayuda del estado y no nos dan una solución”.

Destaca que cuando llueve la casa se inunda. “Nuestros niños están enfermos. La humedad les afecta las vías respiratorias y además tienen sarna porque no le podemos lavar la ropa constantemente”.

En cuando a los servicios básicos, sostiene que el agua les llega de vez en cuando y en malas condiciones. “Nos está llegando después de dos semanas. Cuando llenamos los tobos parece chicha porque es blanca”.

Dice Palacios que el año pasado conformaron un consejo comunal para solicitar ayuda a través del comité de Habitat y Vivienda, pero no los han ayudado a solucionar. “Es deprimente que no podamos ofrecerles una casa digna a nuestros niños”./jd