A la UMC no llega ni una cisterna

Luisana Brito, [email protected] La falta de agua no solo afecta a las comunidades, sino también a las instituciones educativas. Tal es el caso de la Universidad Marítima del Caribe, donde un grupo de estudiantes, denunciaron que desde hace más de dos semanas los baños se encuentran colapsados.

Explicaron que la ausencia del vital líquido llevó a que postergaran el inicio del Velero, ya que estaba pautado para el miércoles dos de febrero, y no fue sino hasta el 19 cuando comenzaron.

“Pensábamos que íbamos a comenzar el dos, pero cuando llegamos aquí nos devolvimos a nuestras casas porque las autoridades dijeron que no había agua,  y hasta la fecha continuamos igual, ni una cisterna hemos visto; da miedo entrar allí. En los sanitarios de damas ponen agua en la mañana y para el mediodía ya está sucio, pero el de caballeros siempre está maloliente. Aquí somos muchos estudiantes y las políticas empleadas son ineficaces”, manifestó Fernando Betancourt.

Hizo un llamado al Gobernador para que los asistiera, pues considera que no sólo los colegios están pasando necesidades. “Nosotros también somos seres humanos y merecemos contar con espacios limpios”.

El transporte no alcanza para tantos estudiantes

Del mismo modo, Maryuri Blanco destacó que la falta de repuestos y cauchos ha generado que una gran parte de los autobuses se encuentren accidentados, por lo que los estudiantes se tienen que valer del transporte colectivo, exponiéndose a la inseguridad y a llegar tarde a sus actividades.

“El autobús hace un recorrido desde Tanaguarena, Caribe y Catia la Mar, pero cuando pasa por la parada de La Cocada, en Caraballeda, ya está full; no cabe ni una persona más. Somos alrededor de cinco mil estudiantes los que hacemos uso de este servicio, pero en estas condiciones es imposible. Para la ruta de Caracas es peor. Tengo compañeros que se vienen desde las cinco de la mañana, porque les da miedo llegar tarde y que los profesores no los dejen entrar”.

Agregó que tampoco cuentan con pupitres. “La matrícula de un salón supera los 30 alumnos, y si en el aula hay 20 sillas es mucho. Tenemos que ir tocando las puertas de otros salones y tomar las que estén desocupadas para poder ver clases”, destacó Blanco.

Piden más seguridad

Más personal de seguridad y detectores de metales en la puerta principal, es otra petición que hacen los estudiantes universitarios, debido a la presunta inseguridad que les arropa, sobre todo en horas de la noche.

“En el semestre anterior robaron a muchas personas, porque aquí entra quien quiere; les quitaron sus teléfonos y laptops. En la mañana lo que hacen es pedirnos el carnet o la constancia de inscripción, en la noche no. El uniforme reglamentario considero que no nos lo pueden exigir, porque así como aquí no hay agua, en las comunidades tampoco; es algo que se nos escapa de las manos”, alegó Víctor Graterol.LB/dr

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