Política de regulación y controles de precios muy rígida tiene trancada la economía

Amarelys Rodríguez, [email protected] La espinosa situación del sistema económico venezolano requiere pensar una política económica mucho más amplia, en la que se incluya no solo el tipo de cambio, sino los precios, ingresos fiscales, políticas de industrialización y revisar los cuellos de botella que tiene el aparato productivo nacional, en función de atacar el tema de la inflación, considera el economista Tomás Socías López.

Venezuela enfrenta un severo desabastecimiento de bienes de consumo que se ha agudizado en el últimos años, acompañado por una inflación que este año podría superar el 100 por ciento según cifras extraoficiales.

Explica que la política económica implementada por el Estado es un engaño para la colectividad, pues los precios no están ajustados a la realidad del costo de la vida. Aunado a ello, no existe un sistema para el acceso a los dólares por parte del sector productivo,  lo que implica un estancamiento en la economía. Se han venido dando situaciones que no han sido positiva para el desarrollo económico del país.

Hay tres elementos importantes a considerar entre los que destaca: las regulaciones estrictas de precios que ha tenido el país en los últimos 20 años, donde el gobierno no enfrenta el proceso económico en el que suben los costos pues no hay verdaderos “precios justos” y el impacto que esto ocasiona. “Toda esta situación hizo que la producción industrial y agrícola se desestimularan por el poco margen de beneficio y que los productos comenzaran a escasear”.

Hace dos años la escasez campeaba en el interior del país, pues ahora nos tocó aquí en el centro, donde no hay cómo adquirir ni productos regulados ni liberados, porque no hay y lo poco es impagable para la gente de bajos recursos. Este panorama indica que la regulación de precios complica todo la visión económica.

Otra de las causas, está referida a las grandes importaciones en las áreas de construcción, alimentos, electrodomésticos que se hicieron por temor del gobierno a que el país no contara con las suficientes reservas o por prejuicio del Ejecutivo Nacional en cuanto a que el sector privado podría “intencionalmente” tratar de desabastecer el mercado por múltiples motivos. Esto hizo, que el Ejecutivo importara sin avisar y sin acordarlo con la producción nacional y productos como el pollo, carne y hasta electrodomésticos se quedaron fríos en el mercado disminuyendo la producción en los meses posteriores.

Otro punto desfavorable, es la falta de divisas unido a las ineficientes importaciones del Estado, es decir, la importación es un proceso complejo: la logística de llegar al país, el desembarco, aduana y traslado de la mercancía hasta un centro de abastecimiento. Esa falta de divisas a todos los niveles del estado han producido un indetenible “estancamiento” del sector productivo.

Se muestra optimista frente al incremento paulatino del crudo venezolano. “Si el dólar petrolero se estimara cerca de 70, estaríamos hablando de que el Ejecutivo pudiera tener divisas para suministrar y mejorar el siguiente semestre”, indicó.

Se espera que en el segundo semestre del año empiece una recuperación sustantiva por el excedente petrolero, “lo que da pie a pensar en un nuevo mecanismo que además tenga mayor éxito que el Sicad, que en un momento se congeló y no tuvo mayor peso porque el Estado era el único que ponía las divisas y al no disponer de una cantidad considerable, el sistema se empezó a detener y algo similar está ocurriendo con el Simadi”, dice.AMR/jd

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