José Peraza afianzado como titular
* El criollo está jugando una defensiva sobresaliente como segunda base en Cincinnati
No siempre un pelotero llega a impactar de inmediato en las Grandes Ligas y pocas veces lo hace en una posición diferente a la que se pensaba que sería la suya. Ese es el caso de José Peraza, promesa que se convierte en realidad en las Mayores.
La temporada del 2016 fue un canto a la versatilidad para el criollo, al alinear en cuatro posiciones para los Rojos de Cincinnati, pero el canje de Brandon Phillips le abrió el camino a la intermedia y Peraza aprovecha esa oportunidad al máximo.
Aunque ha iniciado algunos encuentros en el campo corto para darle descanso al titular de esa posición, Zack Cozart, Peraza luce seguro como camarero de la novena de Cincinnati.
Los números a la defensiva de Peraza han sido sobresalientes. Su porcentaje de fildeo de .991 ha sido el mejor entre todos los camareros de la Liga Nacional.
Con un Peraza más pulido como pelotero, los Rojos recogen actualmente los frutos sembrados por su organización original en la pelota norteamericana, la de los Bravos de Atlanta.
Casi a gritos, los expertos aseguraban que Peraza era ese tipo de prospecto que no puede fallar, especialmente después de que promedió .339 a dos niveles en el 2014 y que dejase saldo con el madero de .293 en la Triple A en el 2015.
Peraza, de Libertad, un pequeño pueblo en Barinas, también dejó una grata impresión con el madero en el 2016 al batear .324 en 241 turnos y de paso robarse 21 almohadillas, pero la ofensiva es un aspecto que podría mejorar en la actual temporada.
Una prueba de la capacidad de Peraza con el bate se produjo en juegos celebrados el 3 y 5 de mayo frente a los Piratas de Pittsburgh y los Gigantes de San Francisco, respectivamente. En ambos ocasiones, disparó tres hits en cuatro oportunidades al bate.
Todavía es demasiado temprano para asegurar que Peraza pudiera hilvanar una carrera tan brillante como la de Phillips, el hombre de quien heredó esa posición en Cincinnati, pero ciertamente da pasos en firme como un camarero que puede dejar su propia huella por su solidez con el guante.