José López: Trabajamos a la buena de Dios

Pocas son las unidades de la ruta Caracas-La Guaira que prestan servicios después de las cinco de la tarde, debido a la fuerte inseguridad que azota a choferes y usuarios.

José Rada, chofer desde hace ocho meses en el horario nocturno de la ruta en el Terminal de Catia la Mar, informó que “trabajamos a la buena de Dios. Somos víctimas del delincuente, del maltrato por parte de usuarios y de los cuerpos de seguridad que no dan respuesta oportuna”.

Rada indicó que presta servicios hasta las once de la noche arriesgando su vida, pues sabe que gran parte de la población del litoral central hace vida en Caracas.

“Después de las seis de la tarde solo quedamos tres o cuatro autobuses que subimos a Caracas desde la parada del Puerto, en Maiquetía, y luego bajamos hasta el Caribe; el resto se retira porque no ven puntos de seguridad en la vía y los que están, nos matraquean. Lo hacemos porque sabemos que están los estudiantes, trabajadores y familias a esas horas en las paradas y quieren llegar a sus casas”.

Comentó que entre los riesgos que corren los choferes se encuentran los robos dentro y fuera de los autobuses, la mendicidad, los vendedores de estupefacientes y secuestros de unidades, entre otros.

Fidel Peña es chofer desde hace 30 años y hace un año fue víctima de un secuestro en su unidad. “Al culminar mi ruta, los dos últimos pasajeros tenían armas blancas y me pidieron que me bajara pero solo pudieron llevarse el dinero y regresé con la unidad. Además hemos sufrido abusos de la policía y de las alcabalas fantasmas. Deberían colocar más puntos de control o patrullaje en las paradas, calles y avenidas para estar más seguros”.

Al respecto Rada indicó que “dentro del Terminal la seguridad está garantizada, pero sabemos a que nos exponemos en las vías”.

Paliativos para el mantenimiento

El intercambio de autopartes, préstamo de insumos y compras por internet son algunas de los paliativos que aplican los profesionales del volante para prestar el servicio Caracas–La Guaira ante la reciente escasez de repuestos que vive el sector.

“Esta unidad de 40 puestos está funcionando gracias a un compañero que me prestó la batería hace más de un mes, pues no se consigue la del voltaje que requiere la unidad”, indico José López de la Línea Malavé-Villalba.

Recalcó que el sistema de trueque ha funcionado para algunos de sus compañeros de trabajo, “pero lo ideal es conseguir los repuestos que necesitamos para prestar el servicio en óptimas condiciones”./jd

¿Alguna denuncia o solicitud? Dilo aquí