Inseguridad sigue latente dentro de las unidades

Luisana Brito.- En una encuesta que se le realizó a un grupo de choferes, que prestan servicio de trasporte público en la entidad, se pudo conocer que la mayoría de los mismos coinciden en que los robos y hurtos dentro de las unidades aún se mantienen, por lo que están exigiendo a las autoridades apoyar al gremio con alcabalas móviles para combatir a los delincuentes.

“Esto es una realidad que padecemos a diario. Hay diferentes formas de atraco. Están los que arrancan el teléfono de las manos y se lanzan por la puerta de atrás, los que piden permiso para robar y el más conocido, que es el que perpetran en pareja, donde uno se queda en la parte de adelante y otro en la parte de atrás como vigilando que nadie alerte la situación”, destacó José Suárez, conductor de Provolvar.

Indicó que esta “anarquía” siempre han existido, pero en la actualidad los delincuentes tienen mayor control sobre los choferes, ya que se dedican a estudiar los movimientos de cada uno, a tal punto, que pueden llegar a conocer la cantidad de viajes que hacen en un día.

“Es necesario que la policía se mantenga en constante patrullaje, ya que los antisociales saben cuantas vueltas hacen al día los choferes; hostigándolos hasta que entreguen todo el dinero. Hay que combatir la delincuencia y para ello proponemos un patrullaje continuo en cada una de las paradas, sobre todo desde el tramo de La Aviación hasta Barrio Aeropuerto”.

La medida consiste en la supervisión de cada una de las rutas con mayor índice de asaltos, donde policías se suban a las unidades y dialoguen con el chofer y los pasajeros, actuando de manera preventiva ante el delito. “También deben vestirse de civil para no levantar sospechas entre los usuarios”, manifestó Suárez.

En las paradas de Catia la Mar es donde más roban

Aseguraron que las zonas más vulnerables para cometer las fechorías son las paradas de Catia la Mar, porque es donde hay mayor población y tienden a confundirse entre la multitud, con desplazamientos rápidos.

“Los robos pueden suceder en cualquier lugar, pero normalmente ocurren en las paradas de Barrio Aeropuerto, Santa Eduvigis, La Torre, La Soublette, Bloques de 10 de Marzo y la recta de Naiguatá”, señala Williams Silva, conductor de la General Soublette.

Asimismo, explicó que en la noche el servicio de transporte es escaso, debido al temor que hay de salir a trabajar a esa hora por el riesgo que implicaría a su integridad física, lo que se suma a la crisis provocada por la escasez de repuestos, que mantiene accidentada una gran parte del parque automotor.

“En las noches no podemos trabajar porque nos lanzan piedras y nos parten los vidrios. En muchas ocasiones colocan obstáculos en la carretera para que frenemos; lo que aprovechan para montarse en el autobús y despojar a los pasajeros de todo lo que tengan encima”. 

La dura situación se extiende hacia el este del la región. Transportistas, quienes prefieren el anonimato, señalan que en las paradas terminales de Tanaguarena-Naiguatá también roban con mucha frecuencia. LB/ mp

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