Falta poco

Por: Román Ibarra

Estamos a dos meses de la celebración de elecciones presidenciales, y aunque las encuestas evidencian signos de polarización entre el candidato del gobierno, y el de la autodenominada plataforma unitaria democrática, no hay nada seguro.

Ambos bandos, así como el resto de candidatos, recorren el país tras la búsqueda del acompañamiento popular, lo cual, marca de alguna manera la intención del elector, y su deseo.

No obstante, más allá del fervor que puedan suscitar los distintos candidatos en la población, la pelea real se llevará a cabo en la organización que habrá de preparar la maquinaria de defensa del voto. Sin una organización eficaz y eficiente; entrenada política y jurídicamente; asistida logísticamente, y comprometida, no hay mayor oportunidad de triunfo.

Insistimos en la necesidad de que las fuerzas opositoras se dispongan a entenderse entre sí. En algún momento de la campaña se verá claro en las encuestas, cuál de los candidatos es el que tiene chance real de enfrentar el continuismo de Maduro, y si en efecto hay una voluntad de producir la alternabilidad, debe allanarse el camino para enfrentarlo con una sola candidatura.

El oficialismo tiene muchas herramientas a su favor, en vista de que tiene el control total de las instituciones del Estado, y además tiene oficio político, y muy pocos escrúpulos para actuar porque no tiene contrapesos, aunque a decir verdad, hay actuaciones que no siempre producen réditos, sino desprecio.

Esta misma semana hubo dos actuaciones igualmente salvajes y desproporcionadas, que en nuestra opinión lejos de hacer bien, obran en contra de sus ejecutores y sus jefes.

En primer lugar, la decisión abusiva y arbitraria del Presidente de la Asamblea Nacional al ordenar la no inclusión en el Acta de la propuesta de un Diputado de oposición de rendir homenaje a las mujeres iraníes por el maltrato que sufren a manos de la Teocracia que los gobierna. Llegó incluso a proponer sanciones reglamentarias en su contra. Es obvio que su poder lo ciega e impide verse en el espejo de sus propias miserias.

La otra fue la orden de cerrar un puente en Apure para impedir el paso de la señora María Corina Machado, frente a lo cual, recibió asistencia para trasladarse por vía fluvial a su destino. Luego ordenaron la visita e inspección del Seniat a un humilde restaurant en el que ella y su equipo accedieron para comprar comida. Eso solo demuestra el carácter ruin y miserable quien quiera haya dado la orden.

Eso es parte de lo mucho que habrá que ver en la campaña, pero nada puede desviar el esfuerzo para triunfar. Se trata entonces de extender los brazos hacia, y entre todos los sectores de oposición; de los desencantados del oficialismo en primer lugar, y de una vez, conversar con el gobierno para avanzar en un plan de gobernabilidad que garantice la paz; el desarrollo; y el respeto mutuo, gane quien gane.

Es mucho lo que habrá que acordar en la próxima AN para darle estabilidad al sistema político, por lo cual, desde ya hay que cuidar el lenguaje y la manera de entenderse para lograr objetivos con sentido de Estado. El país no se acaba el 28 de julio. Por eso, es necesario entenderse y alcanzar estadios de bienestar para el ciudadano en materia de servicios públicos esenciales hoy inexistentes, así como en reivindicaciones en el orden socioeconómico.

Con la cantidad de problemas que tenemos como país, lo sensato es que nos entendamos, y podamos corregir para avanzar. Todavía tenemos muchos recursos materiales para enfrentar la crisis y salir adelante. Hace falta un plan que entre todos llevemos a cabo.

Más allá de que para algunos el país se mire como un coto privado, lo cierto es que nos pertenece a todos, y entre todos tenemos la responsabilidad de hacerlo mejor. Votar; defender el voto, y entendernos todos para un mejor futuro. Amén.

@romanibarra

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