Choferes resuelven la escasez de cauchos con “chivas”

* En San Julián tienen el 44% de la flota accidentada

 Luisana Brito [email protected] Para cualquier propietario de vehículo, sea de transporte público o privado, mantenerlo en circulación se ha convertido en un “dolor de cabeza” por la escasez de repuestos, baterías y, en su mayoría, de cauchos. Trabajadores del gremio aseguran que en los últimos meses han resuelto la situación con las “chivas”, aunque no todos correen con suerte para conseguirlos.

En realidad, cauchos Firestone, Brigestone, Good Year o Pirela no se encuentran en ninguna parte, ni siquiera en los mayoristas. Comerciantes refieren que los despachos han reducido en más de un 70% y que desde inicios de 2015 no trabajan con guía de pedidos, sino con lo que “les provoque mandar”.

“Antes se hacía una lista con las medidas que más solicitaban, ahora no. Tenemos que esperar que ellos despaches a su antojo. Alegan que no hay materia prima para fabricarlos”, indica José Pernia.

Del mismo modo, Carlos Eduardo López, socio de la Unión de Conductores “San Juliá”, asociación que cubre la ruta San Julián-Tanaguarena, declara que su unidad tenía más de dos meses accidentada porque no conseguía cauchos, por lo que en varias oportunidades tuvo que recurrir a las “chivas”, aunque confiesa que no ha sido fácil para el gremio mantenerse prestando servicio.

“Los cauchos que tenemos están en fase terminal; no aguantan ni una semana más de trabajo. Una chiva puede llegar a costar de quince a veinte mil bolívares, dependiendo del lugar donde se consiga. Antes habían en todos lados, pero las necesidades por las que estamos pasando actualmente, han obligado que esta medida paliativa aumente”, manifiesta López

Con “las uñas” trabajan los choferes

Asimismo, informa que el 56% de la flota se mantiene trabajando, aunque desconoce lo que pueda suceder en las próximas dos semanas, ya que no ve ninguna propuesta por parte de las autoridades para resolver la situación, pues alega que la Proveeduría, al parecer, les ayuda una vez al año.

“La línea cuenta con 34 autobuses, de los cuales 15 están accidentados en el estacionamiento, porque no se consiguen cauchos ni baterías. Los revendedores la tienen entre veinticinco mil y cincuenta mil bolívares, y eso en la tienda no pasa de ocho mil. Lo que hacen es jugar con el trabajo de un padre de familia”. LB/ mp Foto: Silvia Santaella

 

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