El Caracazo: Mañana se cumplen 28 años del estallido social

-El aumento del pasaje fue el detonante  de una ola de saqueos en el país 

Laura De Stefano.- Aquel lunes 27 de febrero de 1989 Venezuela viviría uno de los momentos más violentos del siglo XX, cuando el pueblo salió a las calles a manifestar el malestar económico que se había acumulado durante años. Por primera vez en el país ocurrieron saqueos masivos en almacenes y supermercados, donde sectores populares descargaron su furia.

Ese día se produjeron graves disturbios en el eje Guarenas-Guatire, protesta que se extendió a otras zonas de Caracas y en menor medidas a ciudades del interior. El detonante fue la decisión de los transportistas de transferir el aumento de la gasolina al precio de los pasajes. No fue una rebelión social, como superficialmente fue asumida por el gobierno de Chávez.

Para el sociólogo Víctor Rodríguez el 27F fue la expresión de cómo un error de decisión en las políticas públicas pueden conducir a una situación no deseada, “Fue un efecto colateral de una política de ajuste macroeconómica que no tomó en consideración el impacto social que tendría y a la ausencia de programas de compensación.”

Comentó que en ese momento existía un ambiente de insatisfacción generalizada porque la población sentía que las expectativas levantadas durante la campaña electoral de Carlos Andrés Pérez en 1988, en donde se había prometido a los venezolanos el regreso del esplendor vivido en los 70 en su primer gobierno, no se cumplieron.

“En 1973 cuando CAP llega a la Presidencia se produce un conflicto en el Medio Oriente que impactó el mercado petrolero, incrementando el precio del barril. Esto condujo a un aumento significativo del ingreso que permitió al Gobierno disponer de una amplia capacidad financiera para el gasto público y para desarrollar obras de interés social.”

Pero en 1988 la situación era completamente diferente. No existía posibilidad de ingreso petrolero, por el contrario el mercado estaba deprimido y el país entró en una fase muy complicada desde el punto de vista económico. Como sucede actualmente no había una economía diversificada, sino que se dependía de la renta petrolera.

Venezuela entró en una fase en donde el optimismo comienza a decaer, porque hasta ese momento en el país no se conocía la palabra devaluación. “Podríamos decir que entramos en un tobogán que se exhacerba con el gobierno de Jaime Lusinchi, administración en la que se producen las devaluaciones más fuertes y los niveles de inflación más altos desconocidos en Venezuela.”

Pérez en su gobierno introduce un planteamiento económico que fue catalogado para esa época de neoliberal y que tuvo una gran dificultad en la planificación, porque estaba orientado exclusivamente a la reestructuración del aparato productivo y no se tomó en cuenta el impacto social y su afectación en la calidad de vida.

Solo un mito

Los historiadores Bruno Gallo y Rubén Contreras coincidieron con el planteamiento de Rodríguez en cuanto a las causas del sacudón, Manifestaron que el segundo gobierno de Carlos Andrés llegó con las expectativas de recuperar aquellos días de bonanza y opulencias, pero fue imposible porque para ese momento el petróleo estaba en baja.

Gallo como protagonista de los hechos, militó en un partido de izquierda, da fe que el 27F fue un evento absolutamente espontáneo sin contenido político. “Sobre este supuesto se ha levando muchos mitos: el mito de la participación de los chavistas. Lo que se produjo allí fue el resultado lógico de una década promoviendo una mejor calidad de vida y bienes a una población que no tuvo acceso a ello.”

Señaló que de algo tan sencillo como el aumento del pasaje se convirtió en un suceso sangriento por el efecto que produjeron las imágenes en televisión. Cuando se mostraron los saqueos en los noticieros, la población vio cierta posibilidad de impunidad que se socializó.

“Los lugares donde hubo más homicidios fue en el Valle, porque allí muere el teniente coronel Felipe Acosta Carlez en una confrontación con grupos armados y los militares para vengar su muerte, reprimieron esa comunidad. Ese mito entre la afiliación del 27F y el 4F es exactamente eso, un mito. A posteriori ensamblarán una historia y una ética que los tipos no tenían,” expresó.

Contreras agregó que el chavismo no tuvo nada que ver porque para ese momento nadie sabía de ellos. Aseguró que la caída de las reservas internacionales, se calcula que llegaron a 300 millones dólares, coadyuvó al estallido social.

“El país estaba en una situación muy crítica. No había recursos para atender cualquier situación de emergencia y Carlos Andrés decide aplicar el famoso paquete que en realidad, después de tantos años, no era alocado, sino una buena fundamentación que permitiría una recompensación de la estructura productiva del país,” puntualizó.

Una furia pasiva

Gallo se pregunta entonces por qué una reacción tan explosiva en un país en que el ejercicio de la violencia había parado en los 60 con la guerrilla. Su teoría es que ya en la década del 80 hubo un retorno a estas acciones con el movimiento estudiantil. Un cierto despertar con la masacre de Tazón en 1984 que termina en saqueos. Por primera vez, indicó, los estudiantes descubren el saqueos de camiones.

Víctor Rodríguez dijo que se ha insistido en que el venezolano no es violento, pero el cree que es una verdad a media porque este pueblo como cualquiera del mundo tiene en sus idiosicracia el gen de la violencia recesiva y que producto de ese desencanto, se despertó el 27F.

“Si no tenemos conciencia de lo que somos como sociedad, difícilmente podemos generar las políticas públicas adecuadas para regular estos comportamientos.”

Violencia: El pan nuestro de cada día

Víctor Rodríguez dijo que en el país se viene produciendo una situación de protesta y saqueos cotidiana. Ya no es un evento extraordinario, sino que forma parte de la geografía social de los venezolanos.

“El problema es que existe un cerco mediático que impide al país conocer en su justa dimensión los acontecimientos que se vienen sucediendo, particularmente en el interior. Cuando uno ve en la prensa on line de la provincia constata que en los sitios más recónditos del país se producen hechos de violencia relacionados con la escasez de alimentos y el mal funcionamiento de los CLAP”, indicó.

Rubén Contreras apuntó que estamos ante un gobierno represivo que utiliza la intimidación con el estamento militar a objeto que los ciudadanos no expresen opinión. “Basta ver la presencia de los cuerpos de seguridad en los comercios de cierto nivel para controlar el flujo de personas y actuar ante cualquier eventualidad.”

Bruno Gallo resaltó que en un país donde muere más de 25 mil venezolanos por el hampa, es una sociedad terriblemente violenta. “Si se produjera algo parecido al 27F, los resultados serían de pronóstico reservado porque en las barriadas caraqueñas hay más armas y grupos de personas organizadas para el delito. Cantar loas a un evento como ese sería una especie de suicidio colectivo.”

El saqueo en ningún caso es justificable y no puede ser visto como un acto de heroísmo como lo han hecho algunos personeros del Estado que intentan presentar los acontecimientos del 27 de febrero como un hecho heroico, por el contrario es una patología social.

 

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