Altos niveles de estrés son detonantes de violencia doméstica

Mariela Negrín.- Aunque los factores que generan la violencia doméstica pueden variar, el estrés es su principal detonante.

El psicólogo Luis Negrín explica que los patrones familiares influyen en las conductas agresivas. En este sentido, aquellas personas que vienen de familias donde la agresión es frecuente, repiten esos modelos.

De igual forma, la víctima suele transformarse en victimario por una relación estrecha con el maltrato.

Destaca que la falta de comunicación en la relación de pareja, es una de las razones que activa la violencia doméstica, ya que esto provoca mucho estrés.

Tipos de agresión

Negrín explica que en el entorno doméstico se pueden suscitar diferentes tipos de agresión, sin embargo, la física, la verbal, la patrimonial y el acoso carnal violento son los más frecuentes.

El daño físico que incluye golpes y patadas, es el más común y fácil de evidenciar. “Un moretón por golpe no puede ser ocultado”.

En maltrato verbal consiste en desacreditar, intimidar, humillar y menospreciar a la víctima, lo que deja graves secuelas en la psique.

La agresión patrimonial se basa en la privación de los recursos monetarios, inmuebles u otros bienes de la pareja. “Es usual cuando una de las partes depende económicamente de la otra”.

El acoso carnal violento hace referencia a la violencia sexual; a través de ataques físicos y amenazas, el agresor busca establecer el acto sin el consentimiento de la contraparte.

El especialista señala que todos estos tipos de violencia están estrechamente ligados al maltrato psicológico, pues disminuyen la autoestima de la persona afectada.

Asimismo, aunque existe un mayor número de casos donde la mujer es víctima de violencia, hay situaciones donde el hombre es quien sufre la agresión.

Es un problema de salud pública

La violencia doméstica es una de las formas más comunes de agresión, sobre todo hacia las mujeres, un fenómeno global que se extiende por todos los países sin importar los niveles sociales, culturales y económicos. Recientemente se considera un problema importante de salud pública.

Según una investigación realizada en la Universidad de La Laguna en Tenerife, España, las lesiones físicas sufridas como consecuencia directa de las agresiones suponen un factor de riesgo para la salud a largo plazo.

Las personas que son sometidas frecuentemente a actos de violencia, desarrollan trastornos de estrés postraumático y depresión.

Además, cuando es degradada y ridiculizada por su pareja todo el tiempo, puede llegar a pensar que merece castigo y que es incapaz de cuidar de ella y de sus hijos, desarrollando una gran inseguridad en sí misma.

También es posible que desarrolle sentimientos de culpa, aislamiento social y dependencia emocional del maltratador, además de ansiedad y sintomatologías somáticas.

Consecuencias en el seno familiar

Negrín afirma que la ruptura y el desajuste dentro de la dinámica familiar son los primeros escenarios derivados de la agresión, sin embargo, a largo plazo, también conlleva a más violencia en otras etapas de la vida de los hijos y el consumo de drogas y alcohol como mecanismo de escape.

Señala que las niñas que viven en hogares violentos, tienden a fugarse con el primer hombre que las corteja, solo para escapar de la situación.

Se desencadenan acciones que llevan a los hijos a la prostitución, actos delictivos, embarazos tempranos, entre otros escenarios que concluyen en el desmoronamiento de la familia.

La psicoterapia puede ayuda a controlar la ira

El psicólogo explica que existen una serie de estrategias que pueden ser usadas para combatir la ira.

“Hay tratamientos que básicamente son procesos de psicoterapia; se analiza de dónde viene la agresividad de la persona y se reflexiona sobre sus efectos en la vida actual”.

De igual forma, manifiesta que dormir, participar en talleres de comunicación en pareja, actividades recreativas y deportivas de bajo impacto sirven como mecanismos liberadores de ira y estrés, que pueden llegar a evitar la agresión.

Expresa que la víctima debe denunciar los actos de violencia y recibir atención psicológica para lidiar con los efectos traumáticos.

Las denuncias pueden hacerse en comandos policiales

Denunciar a tiempo es una de las claves para contrarrestar la violencia. Para formular las denuncias, los afectados pueden recurrir a las jefaturas civiles, prefecturas, cuerpos policiales y la Fiscalía.

Asimismo, en la oficina del Ministerio Público, en La Atlántida, Catia la Mar, reciben denuncias de lunes a viernes desde las 7:00 am hasta las 9:00 pm, y los sábados, domingos y feriados de 8:00 am a 4:00 pm. En el ente cuentan con una Unidad de Atención a la Víctima, donde profesionales en psicología y sociología abordan los casos de violencia de género.

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