Falleció adulto mayor por presunta negligencia médica

Ernesto Antonio García Rivas (65) falleció en el Periférico de Pariata, luego de haber ingresado al centro convulsionando, luego de una caída que sufrió en su casa.

Su hija, Giovanna García denunció a través del Diario La Verdad el presunto caso de negligencia médica que terminó cobrando la vida de su padre en horas de la noche del domingo.

“Nosotros lo habíamos llevado al Canes, en Catia la Mar, y ahí le prestaron los primeros auxilios antes de remitirlo al Periférico. Ingresó el domingo a las 9:00 de la mañana y lo que hicieron fue tirarlo en una camilla en el pasillo y no le pusieron nada”, explicó.

Luego de varias horas de desesperación y sin recibir ningún tipo de ayuda por parte del personal médico del centro, Ernesto convulsionó de nuevo mientras su hija lo ayudaba a ir al baño.

“Todos los médicos que estaban ahí vieron que mi papá estaba convulsionando y no me ayudaron a pesar de que estaba pegando gritos, desesperada”, relató.

Giovanna aseguró que la única respuesta que tuvo de parte de los médicos en ese momento fue: “tienes que esperar porque estamos ocupados”, por lo que ella preguntó “¿acaso esto no es una emergencia?”.

Finalmente, las enfermeras le tomaron la tensión, arrojando 222/94, razón por la cual el personal médico le indicó a Giovanna que debía comprar 10 ampollas de “Epamín”, alegando que este medicamento no se encontraba en la farmacia del hospital.

“Me dieron un papel roto con el nombre del medicamento, también me mandaron a comprar sondas, pero ese récipe no tenía sello, ni firma, así es imposible que me vendan algo. Yo recorrí todas las farmacias, hasta en Caracas, y en ninguna pude encontrar el medicamento”, dijo.

Tras ver la desesperación de los familiares de Ernesto, una enfermera se acercó a ellos para atenderlos. Una desagradable sorpresa se llevaron los familiares cuando la licenciada acudió a la farmacia del hospital y verificó que había varias cajas de Epamín.

“La enfermera le reclamó a los médicos delante de todos los presentes y expresó que hasta cuándo le iban a negar los medicamentos a los pacientes”, comentó.

Sin embargo, el medicamento no pudo ser aplicado a tiempo debido a que, presuntamente, no había macrogotero en el centro médico.

Los familiares recorrieron las farmacias durante la tarde-noche del domingo, pero no había ninguna abierta. Fue un familiar de otro paciente que sí tenía el insumo, quien lo donó.

“A ellos no les importó ver que estábamos desesperados. Ellos siempre tuvieron el Epamín, las sondas y el macrogotero, pero me lo negaron todo. Si lo hubiesen atendido correctamente mi papá estuviera vivo”, lamentó.

Llegó caminando y hablando

A las 8:30 de la noche, Ernesto fue trasladado hasta la sala de Rayos X, debido a que la doctora Aisliana Camacho decidió hacerle una radiografía en el cráneo, porque tenía un fuerte golpe en la cabeza debido a la caída que sufrió.

“Mi papá llegó caminando y hablando y a medida que pasaba más tiempo en el Periférico, empeoraba su estado de salud. Él les suplicaba a los médicos que no lo dejaran morir”, señaló.

A las 10:54 de la noche del domingo, Ernesto fue declarado muerto por el personal del hospital. “No entiendo por qué nunca lo atendieron, ni siquiera le pusieron el medicamento que yo le compré para bajarle la tensión. Nunca hicieron nada por él (…) esto no puede quedar así, necesitamos ayuda para que no sigan sucediendo estas cosas”, finalizó.

“Todavía estamos esperando los resultados de la autopsia porque verdaderamente no sabemos cuál fue la verdadera causa de su muerte. No hemos podido verlo desde el momento en que comenzó a convulsionar”, dijo.

Ernesto García se desempeñaba como personal de seguridad en la Inspectoría del Trabajo, tenía esposa, 4 hijos y 6 nietos./rp

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