Hacen de tripas corazones para vivir
Es propio considerar la pesca como uno de los trabajos principales en un estado costero como La Guaira. Sin embargo, pocas veces conocemos los rostros y las adversidades de quienes se dedican a este oficio, uno en el que se arriesga mucho y en ocasiones se gana poco, según nuestros protagonistas.
Alejandro Miranda es el vocero principal de Valientes del Mar, una organización que nació el 31 de enero 2022, para defender el oficio y la imagen de los llamados “triperos”.
“Realmente somos pescadores artesanales, y aunque no nos molesta ser llamados ‘triperos’, nuestro oficio se concibe bajo el nombre de ‘pescadores en cápsulas inflables’. Es algo en lo que estamos trabajando, ya que nuestra meta es llegar a ser un Conppa más en el estado”, aseveró Miranda.
La organización comenzó una vez que el Estado les exigió una mayor responsabilidad en la práctica, puesto que las improvisaciones formaban parte del quehacer diario de quienes salen en tripas, en búsqueda de pescado desde las 7:30 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde. “Salimos a 2 millas o 4 millas, debido a las nomartivas puestas por el Estado. Estamos haciendo la pesca orillado, cumpliendo la milla náutica exigida”.
“Entre los requisitos estuvo el uso de uniforme, banderines, un kit que contenga hidratación, alcohol y una milla náutica, pero, sobre todo, jamás pescar en solitario, mínimo debemos adentrarnos al mar en pareja”.
El lapso establecido por el Estado fue de 3 meses, y aunque de momento siguen sumando y restando integrantes a la organización, el trabajo se mantiene, pues solo aceptan a quienes decidan cumplir con las normas y así hacer de la pesca una actividad fructífera para todos y… sin riesgos.
“Aunque éramos un grupo mayor, de momento solo somos 28 los uniformados, pero tenemos una lista de 20 pescadores más que buscan un espacio en Valientes del Mar y eso viene seguro, ya que no nos negamos a integrar pescadores, solo que estos deben respetar las normas establecidas por el Estado y que cumplimos como grupo”.
De momento, VM es la única organización de pescadores en cápsulas inflables es establecida en La Guaira, pues muchos pescadores prefieren seguir en la informalidad.
“Queremos solo contar con quienes van a trabajar como se debe, necesitamos fortalecernos con compañeros responsables, ya que eso nos permitirá consolidar nuestro nombre y trabajo como algo respetable y legal”.
La OIT y el sector pesquero
58 millones de personas trabajan en el sector primario de la pesca de captura. De estos, aproximadamente un 37% trabaja a tiempo completo, un 23% a tiempo parcial y el resto en actividades de pesca ocasionales o en régimen de trabajo no especificado. Además, 15 millones de personas trabajan a tiempo completo en buques pesqueros, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«El sistema tradicional de remuneración en el sector pesquero es un porcentaje por captura». Esto obviamente anima a los pescadores a mejorar la productividad trabajando con la tripulación menos numerosa posible y haciendo turnos muy largos. Además, «desgraciadamente, un importante número de pescadores trabajan en condiciones que están por debajo de los estándares mínimos, y las violaciones de los derechos humanos básicos son comunes».
De igual forma, plantea que «la falta de un salario mínimo para los pescadores y la imprecisión asociada a los ingresos de la pesca hacen que muchos pescadores trabajen más y asuman riesgos innecesarios”. De allí, que las largas jornadas conllevan fatiga, que es un problema crónico y con otros factores hacen de la pesca es una de las ocupaciones “más arduas y peligrosas” para la OIT.
Pesca en autogestión
Aseguraron que jamás han recibido ayuda por parte del Gobierno. Todos los artículos de trabajo los logramos por la autogestión y al apoyo privado, entre ellos el que les brinda el marino mercante José Linares, quien se ha enlazado con empresas como Alto Mar, Aponwao Wear, entre otras.
Victor Cedeño, tiene 27 años dedicado a la pesca y considera necesario el apoyo del gobernador José Alejandro Terán; del alcalde José Manuel Suárez y de la ministra de pesca…. y aunque es primera vez que pertenece a una organización de su oficio parte de la premisa que los gobiernos deben brindar “seguridad y respaldo a quienes trabajan y luchan por abrir o crear oportunidades de empleo para otros y generan alimentos para todos”.
“Fuese bueno tener una o dos lanchas, eso nos ayudaría muchísimo, y no pretendemos que las cosas sean regaladas. Un crédito es una opción viable, pero adecuando las cuotas a lo que obtenemos de las ventas que no siempre son las mejores”.
Por ejemplo, un pescador de cápsula inflable gasta entre 3 y 5 dólares diariamente, esto incluye la compra de la carnada, los anzuelos, y demás. Una persona que se quiera iniciar necesita invertir unos 150 dólares aproximadamente, puesto que requiere un chaleco salvavidas, la milla náutica, el banderín, la tripa, entre otros artículos.
“La tripa que solemos usar es de camión o de autobús. En ocasiones la podemos conseguir en 5 dólares, pero en otras valen 10 o 15. La misma tiene una vida de 3 meses, ya que llega un momento en que no soporta más las reparaciones”.
Los contratiempos se resuelven mar adentro. Tal es el caso de una abertura o abolladura en la tripa, la cual es reparada al momento con un parcho y pegaloca o un amarre provisional. Pocas veces regresan a la orilla para hacer una reparación, al menos que consideren como grave la falla.
Entre las diferentes especies marinas que suelen pescar se encuentran el pargo, cunaro, catalufa, medregal, cazón y el mero. En cuanto a la comercialización, por lo general hacen las ventas frente a la panadería Los Pescaditos en Catia la Mar, y los fines de semana a orilla de la playa a los turistas.
“Lo comercializamos en ensartes y tienen un peso de entre 2,5 a 4 kilos, según la especie y lo vendemos por debajo del precio de las pescaderías. Cabe a destacar que es pescado fresco, recién que va directo a las manos del consumidor, no refrigerado, ni calado, es pescado a nylon, lo que destaca mejor calidad del mismo”, dijo Miranda.
Víctimas de ataques y agresiones
Policías, pescadores de muelles cercanos y hasta los propios guardacostas se han valido de sus condiciones para atropellar, amedrentar y hasta hurtar lo pescado de quienes arriesgan sus vidas sobre una cápsula inflable.
“En ocasiones a algunos les han quitado las tripas, los han lanzado al agua y lo ponen a nadar hasta la orilla, esto valiéndo de que supuestamente ‘no estamos cumpliendo con la normativa’. Así como también policías han llegado a golpearnos y a quitarnos la mercancía”.
Manifestaron que estos abusos imperdonables, sádicos, inhumanos, han disminuido considerablemente debido a la organización que hoy en día tienen, pero quienes siguen pescando de manera informal continúan siendo víctimas de actos deshumanizados.
Las ganancias son inciertas
“La pesca es de bendición, hay días que se puede hacer mucho como en otros no se hace nada. En un día bueno podemos hacer hasta 80 dólares, pero cuando no es así, solo 5 dólares hemos llevado a nuestra casa. Digamos que es un trabajo para el día a día, pero no deja grandes ganancias a largo plazo, no permite ahorrar ni crecer”, aseguró Alexis Reverol, vocero jurídico de la organización.
Por ejemplo, Cedeño tiene una carga familiar de 6 personas, y se le hace cuesta arriba saber que, aunque arriesga su vida diariamente por llevar ingreso a su hogar, en ocasiones lo que gana no resulta significativo.
“Es difícil llegar a casa sin nada, ya que no siempre el mar está a nuestro favor. Claro, uno siempre tiene la esperanza de recuperarse. Difícil es cuando no es un día malo sino una semana, allí la cosa si se pone ruda”.
Por otra parte, se encuentra Miranda, en su casa lo esperan 3 personas, y él es el único proveedor. “En ocasiones prefieron llevar a casa lo pescado, ya que resulta más rentable eso que venderla para comprar otros alimentos, pues en ocasiones no quieren pagar el precio que establecemos”.
Envejecimiento prematuro de la piel
El médico dermatólogo Mirzo Márquez le concedió una entrevista al Diario La Verdad de Vargas, porque nos interesamos por establecer cuáles patologías pueden desarrollar a largo plazo quienes se dedican a triperos.
“Una piel con mucho fotodaño es el resultado de estar expuesto al sol por tantas horas todos los días. Así como un cáncer, lo cual es muy recurrente, entre ellos el carcinoma basocelular, hongos por repetición, específicamente, en los pies y zonas genitales, ya que al estar tantas horas en el agua esto crea húmedad y allí se mantiene el hongo”.
Las recomendaciones de Márquez son las siguientes: “Cubrir el cuerpo con ropa lo más que se pueda (deben dejar de usar franelas manga corta y shorts), usar sombreros amplios en lugar de gorras que cubren menos; hacer el esfuerzo y aplicarse protector solar con repeticiones cada cuatro horas, así como sacarse el agua salada lo más pronto posible, y mantener secas el mayor tiempo que puedan aquellas zonas que por general suelen estar húmedas por razones de este trabajo, como los pies y los genitales”.
“Nos respeten el derecho de trabajo”
“Valientes del Mar quiere que nos respeten y nos respalden como organización, hemos estado cumpliendo con los parámetros y medidas impuestas por el gobierno. Es decir, cumpliendo con nuestro deber y creo que también la Gobernación, el Ministerio de Pesca y los entes regionales deben darnos, entonces, el derecho de trabajar en lo que sabemos hacer”, dijo Reverol.
Aclaran que no buscan generar conflicto, todo lo contrario, consideran y parten de la premisa de que «en el mar el trabajo en equipo es indispensable si se buscan buenos resultados».
“No ha sido fácil esta lucha, pero no tenemos miedo a trabajar y menos a cumplir con los que nos piden, aunque creo que todo funciona en un 50 y 50, es decir con reciprocidad”, aseguró Miranda.
Esperan que tanto el gobierno regional, como el Ministerio de Pesca y todos aquellos entes vinculados al sector pesqueros les brinden la atención y el apoyo necesario para así continuar con el trabajo que han venido realizando. “No perdemos las esperanzas, sabemos que el camino puede ser largo, pero el resultado será el que todos los pescadores como compañeros esperamos”.
“Más que un trabajo es una pasión”
«Las embarcaciones inflables», como le llaman quienes pertenecen a esta organización, siguen siendo, claro, tripas, se escapan de las condiciones mínimas necesarias para dedicarse a la pesca. Es un trabajo demasiado rudo. El tripero requiere de más audacia, valentía, experiencia y, sobre todo, de confianza frente a las posibles contingencias que se pueden encontrar una vez que se está mar adentro.
Valientes del Mar es la muestra de que con las crisis como las que genera la situación-país, la escasez de oportunidades, las estrecheces, la creatividad surge y con ella la voluntad de crecer haciendo lo que es su “pasión”. Con esa misma pasión es que se adentran a las aguas día tras día a enfrentar los obstáculos del mar, los contratiempos del clima, la suerte de la pesca y mucho de fe, para tener la seguridad de volver sanos y salvos a sus hogares.