Centro de Reposo La Abuelita necesita medicinas y personal de enfermería

Valerie Calderón

El Centro de Reposo La Abuelita, ubicado en Caraballeda, forma parte de las clínicas concesionarias del Seguro Social, pero aunque el ente hace un aporte mensual por cada paciente, el dinero no es suficiente para cubrir los gastos de los medicamentos que requieren.

Desde hace 4 años no pueden comprar los insumos para los pacientes

El centro inició como únicamente geriátrico, sin embargo luego de la tragedia fue convertida en geriátrico y psiquiátrico. Hoy en día hay mayoría de pacientes psiquiátricos con esquizofrenia residual, trastorno bipolar residual, trastorno afectivo o pacientes crónicos, son muy difíciles de tener en el hogar porque ameritan atención y medicación permanente.

También tienen un número de camas a bajo costo para pacientes privados, aquellos psiquiátricos no severos.

Desde el 2020 el Seguro Social comenzó a darles apoyos más directos en cuanto a los alimentos para los pacientes recluidos, mensualmente llegan camiones que llevan alimentos variados, carbohidratos, proteínas, vegetales y alimentos secos. Algunos meses llegan cantidades abundantes, pero en otros no les alcanza para llegar a fin de mes.

El médico psiquiatra Francisco Rivero, explicó que esa situación ha obligado a los familiares a organizarse y formar una asociación para apoyar a la clínica cuando pasa eso. “En líneas generales nunca ha faltado alimento porque los familiares colaboran sin problemas”.

En cuanto a las medicinas, anteriormente el aporte del Seguro Social era suficiente para que el centro adquiriera los tratamientos, sin embargo hoy en día no es así. “Los familiares son quienes compran los medicamentos, algunos lo obtienen mediante donaciones pero otros no. Esto representa un problema porque a veces descontrola el cabal cumplimiento de los pacientes y se descompensan, ojalá que así como logramos la dotación de alimentos pudiésemos lograr la dotación de las medicinas”.

Por otro lado, debido al bajo nivel de salario y la dolarización de facto, ha habido una fuga inmensa de personal, muchos de ellos viven en parroquias distantes y se les complica el transporte. “Es cierto que hay un transporte del Ministerio de Salud que hace un recorrido desde Anare hasta Las Tunitas, pero aunque muchos se benefician, hay horas en las que no pasa y les toca pagar su pasaje”. Actualmente tienen deficiencia de personal de enfermería y cuidadores.

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