Mujeres afganas ven desaparecer sus derechos
Las mujeres afganas constituyen el sector de la población afgana más vulnerable y la victoria de los talibanes las coloca en la misma posición miserable que tuvieron hasta la invasión occidental en 2001, debido a su rigurosa interpretación del islam, discutible y contraria a la opinión de la mayoría de los musulmanes.
«Las mujeres tienen por delante un negro futuro», expresó la defensora de los derechos de la mujer Fawzia Koofi, quien fue diputada en el Parlamento y formó parte de la delegación gubernamental que inútilmente negoció la paz con los talibanes antes de la retirada de las tropas de EEUU.
Los talibanes son estrictos con el papel de la mujer y basan su posición en la Sharía, una ultraconservadora ley islámica. La Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán –RAWA– denuncia desde hace tiempo que a estas se les “reduce a seres cuyo fin único es la procreación”.
Ante la llegada de los talibanes, y atendiendo a esta ley, las mujeres afganas se verán obligadas a usar el «burka», un velo islámico completo. Esta prenda, que es la menos común en el mundo islámico, cubre a la mujer desde la cabeza hasta los pies. Solo dispone de una pequeña abertura en los ojos, que comúnmente está cubierta por una malla.
Con el regreso de los talibanes, y en esa aplicación fundamentalista de la ley islámica, también se les prohibirá el uso de cosméticos. Uno de los castigos por llevar las uñas pintadas, por ejemplo, es la amputación de los dedos. Tampoco podrán llevar indumentarias de colores vitosos ya que, en términos de los talibanes, estos se asocian a “colores sexualmente atractivos”.
Asimismo, no podrán movilizarse de manera libre, ni podrán montarse en un taxi sin el acompañamiento de un varón Sus movimientos estarán limitados y controlados por la figura de un hombre, que puede ser el ‘mahram’ –guardián varón con parentesco cercano– o su marido. Asimismo, las mujeres afganas no podrán contraer matrimonio con un varón no musulmán, a pesar de que el hombre sí puede casarse con una mujer que no sea mahometana.
Les queda totalmente prohibido asistir a la escuela después de los 8 años y solo se les enseña a leer para que puedan estudiar el Corán.
No podrán practicar deportes, teniendo asimismo prohibido entrar en cualquier centro o club deportivo. Además, la mujer tampoco tendrá permitido montar en una bicicleta o en una motocicleta, ni podrá asomarse a los balcones de su residencia.
Otra de las prohibiciones que debe acatar la mujer es la de no reír en voz alta. El motivo: que ningún extraño debe oír la voz de una mujer. Además, también tienen prohibido usar tacones. Estas están obligadas a no hacer ruido al andar puesto que ningún varón debe notar los pasos de una mujer.
En el caso de que tenga que asistir a un juicio, su testimonio valdrá la mitad que el de cualquier hombre. Además, los derechos sobre sus hijos también se verán limitados puesto que la custodia y la manutención de estos le corresponderá única y exclusivamente al padre.