Israel sella en la Casa Blanca su acuerdo con Baréin y Emiratos Árabes
«Estamos aquí esta tarde para cambiar el rumbo de la historia», afirmó el presidente estadounidense Donald Trump al dar inicio a la ceremonia de firma de los Acuerdos de Abraham, en la Casa Blanca.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, firmó los acuerdos alcanzados para normalizar relaciones con Emiratos Árabes Unidos y Baréin, bajo el auspicio del presidente estadounidense. Los acuerdos, en árabe, inglés y hebreo, fueron firmados también por los ministros de Exteriores de ambos países, Abdulá bin Zayed al Nahyan y Abdulatif bin Rashid al Zayani, respectivamente.
«Este acuerdo nos permitirá seguir defendiendo al pueblo palestino y hacer realidad su esperanza de un Estado independiente dentro de una región estable y próspera», dijo el ministro emiratí al Nahyan. «La declaración que apoya la paz entre el Reino de Baréin y el Estado de Israel es un paso histórico en el camino hacia una paz genuina y duradera, seguridad y prosperidad en la región», indico por su parte Al Zayani.
Trump anunció momentos antes de la firma que «otros cinco países más» establecerán pronto relaciones diplomáticas con Israel. «Tenemos a muchas naciones preparadas para seguir. Vamos muy avanzados (para cerrar esos acuerdos) con cinco países más», añadió el mandatario, que no quiso identificarlos. Trump destacó que, hasta ahora, solo dos países árabes tenían relaciones con Israel: Egipto (desde 1979) y Jordania (desde 1994).
Netanyahu afirmó que los acuerdos pueden significar la oportunidad de acabar «de una vez por todas» con el «conflicto árabe-israelí». «Hasta Bibi (apelativo de Netanyahu) se cansa de la guerra», bromeó Trump, con el primer ministro israelí riéndose a su lado en el Despacho Oval.
El presidente estadounidense pronosticó que los palestinos llegarán también «absolutamente» a un acuerdo de paz con Israel «en el momento adecuado», y aseguró que su Casa Blanca está «hablando» con ellos.
A pesar de sus palabras, en Palestina la firma de estos acuerdos se considera una «normalización de la ocupación» y se han organizado algunas manifestaciones de protesta.