52% aumentó el abuso sexual a niños

*Van 20 denuncias por esta causa en cinco meses

*La mayoría de los casos es porque familiares cercanos se aprovechan de los pequeños

Amy Torres

Hasta el lunes 22 de mayo de 2017 se contabilizaban 20 denuncias sobre abuso sexual de niños y adolescentes en el Litoral Central, lo que equivale a un caso por semana, situación que mantiene encendidas las alarmas.

Los hechos reposan en la Subdelegación La Guaira del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), según se conoció a través de una fuente fidedigna. La mayoría de las víctimas son niñas, mientras que un número importante de los agresores suelen tener algún vínculo familiar con los afectados, ya sean padrastros, padres, abuelos, tíos o primos.

De acuerdo a la ONG venezolana Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), la violencia sexual se define en el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud como “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo».

Carlos Trapani, abogado y coordinador general de Cecodap, sostiene que las distintas formas de violencia contra los niños constituyen una problemática real. “La violencia sexual suele afectar sobre todo a niñas y adolescentes femeninas. Esto se debe a una política de desprotección al infante y a la falta de planes preventivos, que identifiquen factores de riesgo en delitos de tipo sexual”.

El especialista menciona entre estos factores de riesgo el hacinamiento en los hogares, la pobreza, la falta de control, de oportunidades y de fortalecimiento de los cuidados parentales. “Pocos padres suelen detectar este tipo de violencia sobre todo cuando los agresores son parientes cercanos”.

Asegura que la impunidad es otro indicador, que incrementa además los procesos de revictimización. “Cuando las víctimas acuden a los órganos de justicia se encuentran con que los encargados de las entrevistas y experticias forenses no respetan la condición del niño y adolescente, porque no están preparados para ello y porque atienden por igual a los adultos”.

Otros factores que hacen más vulnerables a los niños y adolescentes ante la violencia sexual son el desaprovechamiento de su tiempo libre y la deserción escolar que ha aumentado.

“La violencia no es homogénea y no se materializa de la misma forma en todas las regiones, así que es probable que el tema costero, las condiciones climáticas y la idiosincrasia de la zona puedan incidir”.

No obstante, aclara que de ninguna manera “la violencia sexual la estimula la adolescente o la niña. El hecho de que estén en shorts, faldas o trajes de baño no puede considerarse como un estimulador de una agresión sexual”.

La prevención no puede ser en fase morgue

El coordinador del Buen Trato de Cecodap alerta que la prevención no se puede dar cuando ocurren los hechos. “Se necesita una intervención en varios niveles. Primero, se habla de la violencia sexual en la casa, en las comunidades, en las escuelas. Se le dice a las niñas y adolescentes que su cuerpo es sagrado, que nadie se lo puede tocar. Se debe promover que se conviertan en sujetos activos de su propia protección”.

Trapani hace hincapié en la necesidad de preparar a los pequeños sobre cómo manejar las amenazas e intimidaciones. “Tienen que saber diferenciar entre una caricia como muestra de afecto y una abusiva”.

Recuerda que para poder prevenir hay que abordar, en primer lugar, los espacios de discusión y de formación. Por eso considera que se deben implementar políticas preventivas que garanticen a las niñas y adolescentes el acceso y ejercicio de sus derechos.

Además, lamenta el hermetismo de las fuentes oficiales con respecto a las cifras de violencia sexual. “La no publicación de datos no permite identificar la magnitud ni el alcance del problema”.

El también abogado llama a fortalecer el sistema de justicia, a fin de que haya una adecuada atención, una respuesta de calidad y se pueda hacer el acompañamiento de las víctimas para ofrecer garantías de la no repetición de estos hechos.

52% aumentó la violencia contra niños y adolescentes

El informe Somos Noticia presentado en marzo por la ONG, que lleva 25 años defendiendo los derechos de los niños y adolescentes en el país, se basó en el estudio de 18.802 noticias publicadas el año pasado en 31 periódicos: 6 de circulación nacional y 25 regionales.

Estas noticias reflejaron un incremento de 52% en casos sobre violencia contra niños y adolescentes al pasar de 6.455 en el año 2015 a 9.807 en 2016.

Entre los tipos de violencia a los que se refiere el documento Vargas se encuentra de segundo en cuanto a violencia escolar (robo escuela, protesta, irregularidades en el PAE, deserción escolar) al acumular 316 de los 2.403 registros a nivel nacional.

Mientras que es la tercera región con violencia social (situación hospitalaria, niños en refugios, falta de medicamentos, niños en situación de calle) al acumular 533 de los 4.832 casos contabilizados a nivel nacional.

En violencia sexual (abuso sexual, actos lascivos, intento de abuso sexual, acoso sexual, explotación sexual comercial) aparece de quinta con 23 reportes de 335. Y en la violencia institucional (enfrentamiento policial, ajusticiamiento, OLP, protesta estudiantil) figura décima con 15 de 408 casos.

Para Carlos Trapani, la familia debe ser un espacio afectivo, formativo y protector. Es necesario que los padres reivindiquen su rol en la crianza de los niños. “El llamado es a que se formen. Nadie aprende con gritos, golpes y agresiones. Por eso papá y mamá deben descubrir formas alternativas de crianza sin violencia”.

Aquellos padres que sienten que no pueden lo más sano es que pidan apoyo. “Ahí entra en juego el rol del Estado, que debe poner a disposición de las familias programas y servicios de apoyo. A las familias se les exige mucho, pero se les da pocos espacios de apoyo y crecimiento”, concluyó.aem