Un golazo en el tiempo agregado del argentino Manuel Lanzini premió al West Ham con un empate 3-3 y frustró al Tottenham, que desperdició una ventaja de tres goles en el debut de un Gareth Bale que siete años después volvió a las filas de los Spurs cedido por el Real Madrid.
El conjunto de David Moyes afeó la fiesta del equipo de José Mourinho. El choque tenía pinta de goleada y acabó con un decepcionante empate para el Tottenham, que se aleja del liderato que ostenta en la Premier el Everton de Carlo Ancelotti.
El recital ofrecido por los Spurs en la primera mitad, rentabilizado por la conexión entre Harry Kane y el coreano Son Heung-Min, se convirtió en una pesadilla en el tramo final del choque.
Al cuarto de hora el cuadro local ya parecía tener el partido sentenciado. Al minuto de partido un pase largo de Kane habilitó a Son, que se hizo un hueco y dentro del área ejecutó un disparo que superó al polaco Lukasz Fabianski.
Siete después los papeles se invirtieron. Son dio la pelota a Kane, que en la media luna buscó el espacio y efectuó un tiro raso que alcanzó la red. En el 16 anotó el tercero el cuadro local. En una internada de Sergio Reguilón que culminó de cabeza Kane.
Aparentemente sentenciado el choque, llegó la hora de Bale, quien, convocado por primera vez pero que comenzó como suplente, sustituyó en el minuto 72 a Steven Bergwijn.
Pero todo empezó a cambiar a diez del final. Una falta lanzada por Aaron Cresswell fue rematada por Fabián Balbuena de cabeza. En el 88, un centro de Vladimir Coufal fue llevado a la red por el colombiano Davinson Sánchez, que marcó en su propia portería al intentar despejar.
Y en el tiempo añadido, después de que Bale tuviera una gran ocasión con una jugada marca de la casa, llegó el golazo de Lanzini. El argentino recogió un balón fuera del área y su zapatazo se coló por la escuadra de la meta defendida por el francés Hugo Lloris.