Una ola de violencia atribuida a bandas criminales sacude a la ciudad colombiana de Cúcuta, la principal de la frontera con Venezuela, donde en mayo fueron asesinadas al menos 30 personas en ataques de sicarios.
Uno de los crímenes más notorios ocurrió el 14 de abril cuando el líder social y veedor ciudadano Jaime Vásquez, conocido por denunciar casos de corrupción, fue asesinado a tiros por un sicario que lo persiguió hasta un panadería donde la víctima intentó refugiarse cuando percibió que lo iban a matar.
El asesinato de Vásquez fue el primero de una serie de crímenes que han impactado a esta ciudad de más de 800.000 habitantes donde la violencia se ha recrudecido en las últimas semanas por los frecuentes ataques de sicarios en vías públicas o en establecimientos comerciales.
El mismo fin de semana en que fue asesinado Vásquez la Policía registró nueve asesinatos en la ciudad.
La espiral de violencia aumentó después del asesinato, también a tiros, del comerciante José Luis Pabón Ojeda, el 16 de mayo.