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Vía crucis adquirir medicamentos para el cáncer

Luis López.- En su casa materna, ubicada en Macuto, Jhonny Gutiérrez permanece desde agosto del año pasado, cuando conoció de su médico tratante el diagnóstico referido a la presencia de un tumor en el estomago que debía ser operado con urgencia. En el año 1992 había sido intervenido de un linfoma y desde entonces se trasladaba desde Margarita, lugar de trabajo, hasta Vargas, para acudir a la consulta con su médico en el Hospital de El Llanito en Caracas.

Con detalles narra su condición y lo referido al tratamiento, con una fortaleza espiritual y gran confianza en los avances que ha tenido desde su última operación, hace siete meses.

“Después de operado me correspondían 12 quimioterapias, y me han hecho ocho hasta la fecha. He contado con los medicamentos de alto costo, que son gratuitos por parte del Seguro Social”.

Comentó que la dificultad se presenta con las medicinas que deben ser usadas después de cada quimioterapia, porque escasean en el comercio y representa un viacrucis adquirirlas.

Grupos de amigos y familiares que recorren todas las farmacias, se unen a ese trabajo duro y lo apoyan para tener acceso a lo que necesita a diario.

Asegura que las más difíciles de conseguir son Pankreosil, Dislep, Flatoril, Riopan y Glutapak, éste último según le han informado no existe en Venezuela.

Hasta Bs. 12 mil en gastos mensuales

Informó Gutiérrez que el gasto en medicinas cada vez es mayor, y cada caja le puede costar hasta 500 bolívares. “Los medicamentos permiten que los efectos colaterales de la quimio sean cada vez de menos intensidad en el organismo, aunque se va adaptando progresivamente. En las primeras quimios sí hubo muchos mareos, náuseas y dolores, pero ya han disminuido”.

Explicó que el tumor que le fue extraído junto con la parte superior del estomago se conoce como Adenomegalia. “Fue atendido con prontitud y aunque aún quedan pequeñas protuberancias, se desconoce si son o no cancerígenas”.

La fe y la ciencia de la mano

“He sido siempre una persona de oración porque tengo bien arraigados mis principios religiosos. En diciembre tuve unos días difíciles y el día 5 se me hacía imposible respirar; esa noche escuché la voz de alguien que me decía que tuviera fuerzas y que se llamaba Santa Lucía. Al otro día estaba mejor, y cuando investigo coincido con la fecha de celebración de la Virgen. Aunque soy muy creyente, esa experiencia me dio aún más fuerza espiritual, por lo que tengo mucha fe en que vamos a salir de esto con la ayuda de Dios, la Virgen y la ciencia”./ar/Foto: Nelvis Galindo

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