Venezuela registró el año pasado 232.000 casos de malaria o paludismo, lo que representa una disminución de casi la mitad si se compara con la cifra que alcanzó en 2019 (467.000), aunque se mantiene como el país con los mayores índices de contagio en América. Así lo refleja el Reporte Mundial de Malaria 2021 de la Organización Mundial de la Salud.
El organismo señaló que la reducción se debió a las restricciones establecidas por la pandemia de covid-19 y a la escasez de gasolina, ya que estas situaciones afectaron la industria minera, considerado el principal contribuyente al aumento reciente de la enfermedad en el país.
Las medidas de confinamiento y de movilización, afirmó la OMS, también pudieron haber afectado el acceso a la atención sanitaria, lo que pudo causar una reducción en el número de casos reportados por los centros de salud.
En América los casos se redujeron 58% (pasó de 1.5 millones a 0.65 millones) y la incidencia de casos 67% (pasó de 14 a 5) entre los años 2000 y el 2020. En el mismo período, las muertes por paludismo y la tasa de mortalidad se redujeron 56% (de 909 a 409) y 66% (de 0,8 a 0,3 muertes por cada 100.000 habitantes en riesgo), respectivamente.
Venezuela, que tuvo cerca de 35.500 casos de malaria en el año 2000, afectó de manera importante en el aumento de la enfermedad en la región.