Los venezolanos se unen este miércoles, a la celebración del natalicio del doctor José Gregorio Hernández, mejor conocido como el Médico de los pobres. El primer beato de nuestro país, que nació en Isnotú, estado Trujillo, en 1864.
Fue un doctor, científico, profesor, filántropo y franciscano. En su juventud se interesó por el Derecho, sin embargo su padre lo impulsó a elegir la medicina.
De Trujillo, se traslada a Caracas para estudiar en la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde se graduó en 1.888 con excelentes calificaciones. Después se dedicó a atender a los más necesitados en su natal región andina de Isnotú.
Médico de los Pobres
Hernández se dedicó al servicio sin interés a quienes no contaban con los suficientes recursos económicos para su tratamiento, razón por la que comenzó a recibir el nombre de El Médico de los Pobres.
Quienes lo conocieron relataron, que era un hombre bondadoso, lleno de talentos, tocaba piano, violín, le gustaba bailar, aprendió siete idiomas y a cosía su propia ropa. También llegó convertirse en profesor de diversas cátedras en la UCV, inaugurando varias de ellas y ganándose el respeto y la admiración de muchos en su desempeño como educador.
El beato falleció un 29 de junio de 1919 a los 54 años, atropellado por un automóvil mientras cruzaba una calle de Caracas para atender a una anciana. La ciudad solamente contaba con cuatro automóviles para aquella época.
Sobre su proceso de canonización, continúa en camino, a la espera de un nuevo milagro por el cual se apruebe el honor de ser llamado Santo.