La selección venezolana de baloncesto acude a las Olimpiadas de Río de Janeiro como la histórica campeona del Campeonato FIBA Américas México 2015 y como bicampeona suramericana tras coronarse en Caracas 2016.
Venezuela afronta el torneo olímpico con la ilusión y ambición por bandera, tal y como hizo en el FIBA Américas de la mano del entrenador argentino Néstor García, quien condujo a la Vinotinto a sus segundos Juegos luego de Barcelona 1992.
La intensidad defensiva será la clave de cualquier atisbo de éxito para Venezuela. Con una capacidad de sacrificio puede plantar cara a cualquier selección en Río. Y la tiene.
Y si el corazón y la valentía que los jugadores mostraron en el FIBA Américas vuelve a acompañar a la calidad ofensiva que ya demostraron en el Poliedro, podría llegar más allá de la segunda ronda y aspirar a una medalla.
Venezuela se encuentra ubicada en el grupo A y todo indica a que peleará con Australia y China por alcanzar la cuarta posición, teniendo en cuenta que Francia, Estados Unidos y Serbia lucen superiores.
Pero también lo eran Argentina y Canadá en Ciudad de México el año pasado, y la selección venezolana, sin Greivis Vázquez como ahora en Brasil, logró igualmente la proeza.
Es una selección experta en sufrir y llevar la defensa al límite para disminuir la calidad de sus rivales: bajando las piernas atrás, llegando a obstruir los tiros, reducir espacios a los penetradores, atentos para realizar las ayudas defensivas en los momentos precisos.
No obstante, en esta ruta preparación de cara a las Olimpiadas, Venezuela está lejos de su mejor nivel. Su vulnerabilidad en la pintura ha salido a la palestra en los amistosos. Además, el desacierto en el tiro exterior también les ha pasado factura en los encuentros previos a Río.
A pesar de todo, se rumora que García pueda estar guardándose un as en la manga para las Olimpiadas en el aspecto táctico, y pocos podrían dudar de ello por la comprobada calidad del estratega vinotinto.