* Ganó cuatro de los seis oros en disputa con Nathaly Grimán dando la gran sorpresa
Venezuela fue la gran protagonista en la lucha femenina de los XVIII Juegos Bolivarianos de Santa Marta al ganar cuatro de los seis oros en disputa, mientras Perú obtuvo uno y República Dominicana otro.
La sorpresa de la jornada la protagonizó la criolla Nathaly Grimán, quien venció en la final de la categoría de 63 kilogramos a la favorita colombiana Jackeline Rentería, doble medallista olímpica.
En esa división, los bronces se los llevaron la peruana Yaneth Niño y la ecuatoriana Maira Antes, que derrotó en la pelea por el tercer y quinto lugar a la boliviana Veralucía Susano.
En 53 kilos, la venezolana Betzabeth Argüello se llevó el oro luego de ganar en el campeonato todos contra todos a la colombiana Carolina Castillo, que obtuvo la plata; a la ecuatoriana Luisa Valverde, bronce; y la peruana Nadia Trujillano.
Otro metal dorado para Venezuela lo consiguió Solenymy Caraballo en la división de 75 kilogramos, en la que venció a la colombiana Andrea Olaya (plata), a la ecuatoriana Legly Arce (bronce) y a la peruana Nardita Díaz.
En la categoría de 69 kilos, la venezolana María Acosta subió a lo más alto del podio, la peruana Diana Cruz quedó segunda y la ecuatoriana Carla Campos, tercera.
La peruana Thalia Peche conquistó el oro luego de vencer en un reñido combate a la ecuatoriana Jackeline Moxocano en la final de los 48 kilos.
La venezolana Prebraika Rodríguez obtuvo el bronce de esa categoría tras vencer en la pelea por el tercer puesto a la dominicana Anny Ramírez. La otra presea de este tipo la obtuvo la colombiana Alison Cardozo.
La dominicana Jessica Oviedo se llevó el oro de los 58 kilogramos luego de vencer en la final a la colombiana Eva González en un reñido combate. Los bronces fueron para la boliviana Ninga Tupari y la ecuatoriana Leonela Axovi.
Uno de los momentos más emocionantes de la jornada lo protagonizaron Caraballo y la colombiana Andrea Olaya, protagonistas de una pelea muy reñida en que la venezolana consiguió un angustiante triunfo que celebraron eufóricamente en las tribunas los miembros de la delegación nacional.