“En Venezuela no hay comida ni empleo, pero en Brasil y Colombia sí. Aquí no hay oportunidades para que los jóvenes se queden estudiando como antes. No habíamos pensado en migrar, hasta ahora”, expresó Raiza Arcia muy enojada al ver a su familia chequearse en los mostradores de Copa Airlines, a solo cuatro horas de despegar su vuelo para São Paulo.
Colombia, Brasil, Chile, Panamá y España, por nombrar algunos destinos, han sido sacudidos en los últimos meses por un torrente de inmigrantes venezolanos.
“Este es el segundo viaje que hace mi hijo junto a su esposa para Brasil. La compañía en la que ella trabaja le dio permiso para que visitaran la zona donde van a residir y la escuela donde los niños van a estudiar”, lamentó Arcia.
Este también es el caso de la familia González Hernández, conformada por la madre y tres hijos menores de edad. Se van para Bogotá y tuvieron que vender la casa y el carro para comprar los boletos.
“Estuvimos más de seis meses planeando este viaje porque en Venezuela no se puede vivir. Mi esposo se fue hace un mes y está trabajando de albañil. Nuestro sueño es poder regresar algún día”, señaló Claudia Hernández de González, quien trabajó más de 10 años como secretaria en una clínica en Maracay./LB/jd