Venezolanos buscan asilo en una ciudad española
El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla ha cambiado de color. Si hasta hace apenas un año su perfil mayoritario eran migrantes subsaharianos que llegaban saltando la valla fronteriza con Marruecos o en patera, ahora la mayoría son latinoamericanos que han encontrado en esta ciudad española en el norte de África “un atajo” para pedir asilo.
Algunos de ellos, en las inmediaciones del centro migratorio, explican que solicitar protección internacional en otras partes de España es “misión imposible”. Teléfonos que no paran de comunicar en todo el día y mafias que intentan sacar tajada es la “desesperante” realidad que se encuentran por culpa de “un sistema colapsado”.
La situación ha empujado a cientos de migrantes sudamericanos a buscar su sueño europeo, paradójicamente, pasando primero por África. La oficina de asilo de Melilla supone para ellos una luz de esperanza.
Sobre todo, para quienes han intentado pedir asilo, sin éxito, en ciudades como Madrid o Barcelona, y también en el aeropuerto de la capital de España.
“Todo es tan aleatorio y hay tantos factores a tener en cuenta, que es muy impreciso saber cuánto tiempo puede costar una cita para pedir asilo”, asegura a EFE la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) sobre la odisea de quienes quieren acceder a ese derecho y no pueden.
De ahí que Melilla empezara en febrero del año pasado a recibir “a algún que otro” latinoamericano, en busca de una cita en la oficina de protección internacional. El ejemplo de aquellos primeros que lo consiguieron fue animando al resto a seguir sus pasos.
Mayoría colombiana y venezolana
La migración americana es ya la mayoritaria en Melilla y, según las cifras oficiales facilitadas a EFE, actualmente hay algo más de 400 personas acogidas en este centro. Una gran parte son colombianos -cerca de la mitad- y venezolanos -algo más de un centenar-.
También hay un grupo pequeño de peruanos y paraguayos.
Muchos de ellos han llegado a Melilla acompañados por familiares, incluidos niños pequeños.
Por eso, quienes llegan a la ciudad cuando aún se encuentran dentro de los 90 días de estancia permitidos en el visado de turista suelen regresar pronto a otras partes de España una vez presentada la solicitud en la oficina de asilo.
Pero otros “muchos de ellos terminan viajando a Melilla tras más de un año dando vueltas por España sin poder conseguir cita por otros medios”, apunta CEAR.
Solicitudes al alza
Colombia y Venezuela, los países de procedencia de la mayoría de los usuarios del CETI de Melilla, son, precisamente, los que abarcan gran parte de las solicitudes de asilo en España, alrededor del 70 % en los últimos años, según la ONG.
La previsión es que vayan en aumento “a medida que vean que el trámite es posible”, gracias al boca a boca y las redes sociales.
En palabras de Francisca Gómez, coordinadora del turno de oficio de asistencia a extranjeros y solicitantes de asilo del Colegio de Abogados de Melilla, esta situación responde a “una cuestión, simplemente, de logística” porque “aquí es más rápido” hacer un trámite que, en el mejor de los casos, en el resto de España tardan meses en conseguir.
No obstante, el ‘boom’ de solicitudes sudamericanas ha empezado también a ralentizar la tramitación en la oficina, donde las citas ya no son tan inmediatas como antes.
El asilo ‘exprés’ que se da en Melilla en cuanto a la solicitud no se traduce, en cambio, en la resolución, que realiza de manera centralizada la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) del Ministerio del Interior de España.
Tanto CEAR como el Colegio de Abogados coinciden en que esa segunda parte al pedir protección internacional es “otra historia”, que se puede alargar incluso años, y para la que no hay, de momento, ningún atajo.