Venezolanas que emigran huyendo del hambre se enfrentan al acoso sexual

 

 

 

Dos inmigrantes venezolanas narraron a El Comercio el difícil viaje que han realizado desde Mérida hasta Tumbes, pasando por Colombia y Ecuador.

Durante el largo viaje desde su natal Mérida, en Venezuela, hasta la frontera de Perú con Ecuador, Jasmily Meza, de 29 años, se ha cruzado con hombres que le tendieron una mano por empatía y solidaridad, sin embargo, la mayoría de ellos le ofrecieron dinero, comida y hospedaje a cambio de “algo más”.

 

“Nosotras caminamos mucho en Colombia, y llegamos hasta Bucaramanga, con los pies adoloridos. En una estación un señor nos vio casi llorando y nos pagó la carrera y un hotel. Pero resulta que en el hotel habían muchas prostitutas venezolanas. Un cliente incluso le preguntó a la recepcionista si nosotras también nos dedicábamos a eso”, dijo.

 

Al conocer esta situación, ella y su prima de 26 años pasaron solo una sola noche ahí y luego se marcharon, sin dinero y sin un lugar adonde llegar y dormir. “Muchos hombres nos paraban y nos decían que podían ayudarnos, pero a cambio de acostarnos con ellos. Intentaron aprovecharse de nosotras”, contó.

 

Su prima agrega que “muchas venezolanas que vienen a trabajar se desesperan rápido, porque tienen familia y deben enviar dinero a sus familias, entonces optan por lo más fácil”. Ambas descansan en el paso fronterizo de Zarumilla.

 

Jasmily dice que a lo largo de su ruta hacia Ecuador “muchos hombres nos dijeron que nos quedáramos, que nos darían todo. Nosotras le dijimos que íbamos a Perú y que no necesitábamos esas cosas (prostituirse), que si nos daban ayuda fuera de corazón”.

 

El gerente de Seguridad Ciudadana del municipio de Tumbes, Hernán Loayza, dijo que desde el sábado 25 de agosto realizarán operativos junto a la policía a fin de rescatar a venezolanas explotadas en bares y cantinas, por mafias de tratantes de personas.

¿Alguna denuncia o solicitud? Dilo aquí