Aguas servidas que recorren a diario el canal que atraviesa el centro de rehabilitación y el de diagnóstico, representan desde hace varios años un foco de contaminación que las autoridades de salud no han resuelto.
Tampoco los representantes del ente municipal y de la Gobernación se han preocupado por resolver el problema. Personal de estos lugares han convivido con la pestilencia. “Hemos querido corregir la falla de la tanquilla, pero no contamos ni con un rastrillo”, dijo un vecino del bloque 5 de 10 de Marzo.
“Esas aguas negras que rodean el CAT y SRI son perjudiciales para todas las personas que acuden a la rehabilitación, para los visitantes y para los vecinos”, comentó David Barroso.
Agregó que el problema tiene más de 5 años y solo le ponen un poco de maquillaje cuando viene
una autoridad por la zona.
Por Luis López
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