Varguenses viven una película de terror cuando salen a comprar comida
María Elena Moreno, [email protected] Conseguir qué poner en la mesa a la hora de comer se ha vuelto cada vez más difícil. Madrugar, aguantar empujones y ser interceptados por ladrones en plena espera, son algunas de las penurias que pasan los ciudadanos en las colas. Denuncian que la pequeña bolsa de alimentos que consiguen al final de la jornada, no le hace justicia al enorme sacrificio.
En la red pública, las quejas e irregularidades son las protagonistas. No conforme con que se limita la venta a una por semana, se ha anunciado desde hace varios meses que sólo 250 usuarios diarios pueden ingresar por módulo, y esto ha causado el rechazo de muchos.
“Hay que anotarse un día antes”
Mercedes Hermoso, denuncia que “ya basta de limitantes. Así no hay quién coma. Para colmo, hay que anotarse 24 horas antes para lograr comprar”.
Detalló que en varios módulos hace falta “entenderse” con los autoproclamados organizadores de cola, quienes empiezan labores desde muy temprano. “Si me toca el martes, debo anotarme el lunes a las seis de la mañana. Luego hacen los chequeos a lo largo del día. El primero al mediodía, luego a las 6:00 de la tarde, 9:00 de la noche, medianoche y 4:00 de la madrugada. Si pelo uno me borran de la lista”.
Hay quienes creen que estos absurdos controles, liderados por vecinos de sectores adyacentes a los módulos, son una excusa para presionar a la gente y venderle el cupo que perdió hasta en 500 bolívares.
“No es posible que un grupito llegue a lo bravo y haga desastre. Los encargados de los módulos no tienen la culpa, esta gente se impone y ya. El llamado es al Gobernador, al Procurador y a la Zodiv para que detecten a estos abusadores y los hagan pagar”, dijo Hermoso.
Los roban y golpean
Pernoctar no parece una idea tan descabellada, cuando el hambre ataca y no hay nada en la nevera. Quienes deciden arriesgarse a amanecer en las colas relatan que sienten temor de ser las próximas víctimas del hampa.
“Es increíble que haya que exponer la vida para poder comprar. Lanzarse a la calle de madrugada para conseguir qué comer. Se hace la cola por necesidad, no por gusto. Tengo 67 años de edad y claro que me da miedo zanquear desde las cuatro de la mañana, pero no queda de otra”, expresó Carmen Escalona.
A plena luz del día, los malandros llegan a las colas y despojan a quienes tienen en efectivo lo necesario para comprar. “En el Día Día pasó, y en Makro hace un tiempo también. No hay autoridad, esas colas son la anarquía pura. Siento miedo de hacerlas, porque si no es el ladrón, es el que también quiere comprar que te golpea. Hay a quienes le han sacado puñales y demás”, comentó Margarita Maneiro.
“La policía debe cumplir bien su papel y resguardar. Ya basta de tantos atropellos. Salir a hacer el mercado es una tortura, con tantas incomodidades. Hay días que salgo en la mañana y llego a mi casa a las ocho de la noche con las manos vacías”, destacó Raquel Díaz. /MEM/ar