En cada sala de hemodiálisis en el Hospital José María Vargas se encuentra una sola enfermera atendiendo a los pacientes renales.
Carmen Abreu, familiar de paciente renal, expresa que estas enfermeras no tienen un descanso, además de que no se dan abasto para los 40 pacientes que son atendidos en el turno de la mañana y tarde”. Agrega que hace falta otro especialista y que los pacientes ameritan dotación de catéteres, ya que muchos deben cambiarlos.
“Los dializados la están pasando mal porque deben conseguir gratuitamente este insumo. Hay catéteres en Caracas, pero su precio es de 550 dólares”. Abreu le hace un llamado a las autoridades para que apoyen a estos pacientes. «La mayoría no cuenta con recursos para comprarlos».RR/jd