El presidente peruano, acosado por la oposición fujimorista y enfrentado a buena parte del país por su implicación en el caso Odebrecht y su decisión de indultar a Alberto Fujimori en un intento desesperado por salvarse, decidió dimitir al comprobar que iba a ser destituido por el Parlamento.
La dimisión llega solo tres semanas antes de la Cumbre de las Américas en Lima, de la que Kuczynski iba a ser el anfitrión y a la que tiene previsto asistir Donald Trump y Raúl Castro. «No quiero ser un escollo para que nuestra nación encuentre la senda de la armonía que tanto necesita y a mí me negaron. No quiero que la patria sufra. He trabajado 60 años de mi vida con total honestidad», clamó en un mensaje televisado.
Finalmente, la guerra interna entre dos de los hijos del autócrata, Keiko y Kenji Fujimori, ha hecho caer al presidente Kuczynski (PPK). El presidente tenía que someterse este jueves a la segunda votación para destituirlo en tres meses, pero estaba intentando recabar votos para salvarse de nuevo.
En medio de esa tensión, Keiko hizo que se difundieran unos vídeos en los que se ve a su hermano Kenji negociando con un parlamentario fujimorista la salvación de PPK a cambio de obras en sus provincias. Kenji pedía así a los fieles a su hermana que la traicionaran. Pero la consecuencia de la guerra interna es que ha quedado al desnudo la maniobra para salvar a PPK a cambio de dinero, aunque sea en forma de inversiones.