Luis López – Para los comerciantes playeros las ventas están por el piso. Hasta el mediodía de este sábado ni un pescado había logrado vender Quintin Frankis, comerciante playero. “Hay gente que trae para gastar, pero los grupos familiares vienen con dinero limitado. Las parrillas le dieron paso al arroz con pollo y con eso pasan el día antes de gastar 600 bolívares en un pescado frito”.
Informó que tienen la ración de tostones de doce piezas en 200 bolívares y es poco el que se vende. “La situación no está fácil para nosotros y la gente no gasta porque no tiene como antes”, acotó Frankis.
En el lugar, vendedores ambulantes de afrodisiacos, obleas y helados, entre otros, hacían esfuerzos para la venta de sus productos, mientras los quioscos permanecían con un mínimo de clientela. Esto evidencia que un día de playa dejó de ser “bueno” para los comerciantes, comparado con años anteriores, según confirmó Frankis./jd