Por no estar sujetado y haber sido inflado en exceso, un castillo inflable se elevó más de 7 metros para caer luego en las vías del tranvía en la ciudad de Barnaul, en Rusia.
Una de las niñas, identificada como Anna, de tres años, sufrió una conmoción cerebral y una fractura de columna. Otra llamada Vika, de cuatro años, sufrió una fractura de cráneo y heridas tanto en los pulmones como el estómago.
Anastasia Dolmatova, descartó la teoría de los fuertes vientos. “¿Qué viento? Trabajo a una parada de autobús de este lugar, y todos nosotros oímos el estruendo”. Pidió a los investigadores que “verifiquen con precisión la causa”.
Los testigos también comentaron que el castillo no tenía una base protectora y se frotaba contra el asfalto, lo que posiblemente provocó la explosión. El diputado local Sergey Pisarev afirmó: “No se utilizaron soportes especiales, la atracción se bombeó se calentó y se elevó en el aire”.
El Comité de Investigación de Rusia abrió un caso penal sobre el incidente y se puso en contacto con los propietarios de la atracción.