La extrabajadora del sector salud, Yemalla Salazar, tuvo que pelear para que su madre de 86 años fuese atendida en el Periférico de Pariata, pues ingresó la madrugada del jueves con un ACV isquémico y pese a su grave estado de salud, no había sido atendida en todo el día.
«Mi abuela llegó convulsionando y lo único que hicieron fue inyectarle un anticonvulsivo (Fenitoína sódica) que nos mandaron a comprarle. Pero tenía su lengua muy inflamada, tanto que se le sobresalía, al preguntar por qué pasaban las horas y aún no se le deshinchaba, solo decían que nos tranquilizáramos que ella estaba recibiendo tratamiento, pero todos los familiares que entramos hasta donde la tenían vimos que en ningún momento le estaban colocando tratamiento.
“Le preguntamos al personal de enfermería por el tratamiento y la respuesta que dieron es que le estaban colocando lo que mandó el doctor, cuando uno preguntaba por este, decían que estaba atendiendo otro paciente. Así nos tuvieron todo el día y mi abuela no mejoraba, por eso mi mamá tuvo que reclamarle al personal y al director, quien mandó a llamar a la policía”, explicó Yelary Madera.
Madera detalla que las enfermeras decían que a su abuela se le había inflamado la lengua debido a una reacción generada por el Captopril, pero aseguran que esto es falso porque este medicamento lo ha tomado por años. “Pasaban las horas y seguían sin atenderla, luego había que hacerle un Tac craneal y tampoco pudimos sacarla porque no había ambulancia. Lo peor es que en la historia colocaron que le estaban poniendo un tratamiento que nos pidieron a nosotros, pero no fue así, lo único que nos pidieron fue el anticonvulsivo”.