Una Cámara de Representantes completamente dividida aprobó llevar al presidente Donald Trump a juicio en el Senado por abuso de poder y obstrucción del Congreso a raíz de un escándalo de presiones a Ucrania para obtener beneficios electorales.
Solo dos demócratas votaron en contra del cargo de “abuso de poder”, resuelto con 230 votos a favor y 197 en contra. La segunda acusación, “obstrucción al Congreso”, fue aprobada por 229 a 198, con la oposición de un tercer demócrata.
Los líderes del Senado dijeron que esperarían hasta después del año nuevo para comenzar el juicio político. Se necesitan dos tercios de sus miembros para remover al presidente; algo, literalmente imposible, dada la mayoría republicana.
A menos que pase algo completamente inesperado, el presidente será absuelto. Ese mismo destino corrieron Andrew Johnson (1868) y Bill Clinton (1999), los únicos dos compañeros de Trump en ese club del impeachment al que nadie quiere pertenecer. Nixon nunca llegó a entrar formalmente en el club porque dimitió días antes de la votación en la Cámara de Representantes, tras ser abandonado por su partido.
La votación de la noche del miércoles en la Cámara, que tuvo lugar menos de un año antes de las elecciones presidenciales, es histórica.