El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, habría escogido al senador de origen latino Marco Rubio para ocupar el puesto de secretario de Estado, según fuentes citadas por la agencia Reuters, que van en la misma línea del The New York Times.
El senador por Florida, de 53 años, se convertiría así en el primer político de origen hispano (Cuba), al frente de la diplomacia estadounidense.
El senador Rubio ha destacado por sus posturas duras contra China e Irán en particular. También ha apoyado las sanciones a funcionarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Actualmente, es vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia Exterior del Senado y también forma parte del Comité de Relaciones Exteriores de dicha cámara.
Es un firme defensor de Israel. Fue copatrocinador de una resolución que expresó su objeción a la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU, que condena la construcción de asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados como una violación del derecho internacional.
En una entrevista tras la victoria electoral de Trump, Rubio dijo a la CNN que Estados Unidos estaba entrando en “una era de política exterior pragmática”. “El mundo está cambiando rápidamente. Los adversarios se están uniendo, en Corea del Norte, Irán, China, Rusia, y cada vez se coordinan más. Va a requerir que seamos muy pragmáticos y sabios en cómo invertimos en el extranjero y en lo que hacemos”, argumentó.
El puesto de secretario de Estado es uno de los de más alto perfil de la Administración y el de más alto rango del Gabinete tras el propio presidente y el vicepresidente. De confirmarse la designación, Rubio aterrizaría en el cargo en un momento de conflicto e incertidumbre en el tablero geoestratégico. Entre sus prioridades al asumir el cargo estaría la nada fácil tarea de sentar a negociar a Rusia y Ucrania para poner fin a la guerra. Junto a ello, debería prestar atención a la evolución de la guerra en Gaza y el Líbano, donde Trump ha prometido su apoyo a Israel.
Católico, es contrario al aborto incluso en casos de incesto o violación. Solo admite la excepción en caso de peligro para la vida de la madre.
Con información de El País de España, editada por Rafael Díaz