Al menos dos personas murieron y cuatro resultaron heridas en Iowa y una más en Kentucky durante la sexta noche de disturbios raciales en Estados Unidos, donde más de 40 ciudades estuvieron bajo toque de queda ante las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la Policía hace una semana en Minesota.
El jefe de la Policía de Davenport (Iowa), Paul Sikorski, dijo que recibieron informes de un disturbio en el centro comercial North Park en el cual estaban involucrados un centenar de vehículos y “vándalos”. La policía respondió a decenas de incidentes en la ciudad en los que hubo disparos de armas de fuego, de los que resultaron dos personas muertas y al menos cuatro heridas.
Informó que en uno de los incidentes un grupos de policías fue emboscado y uno resultó herido. “Lo que experimentamos anoche fue completamente inaceptable y no honra la memoria de Floyd”.
También se registraron violentos disturbios en Filadelfia, Nueva York, Los Ángeles y Washington DC.
Además de los estrictos toques de queda, las autoridades locales y estatales desplegaron a miles de soldados de la Guardia Nacional y cerraron el transporte público para frenar a los activistas, pero esto no evitó el caos.
En Washington, agentes del Servicio Secreto llevaron al presidente Donald Trump a un búnker cuando cientos de manifestantes se reunieron frente a la casa de gobierno, algunos arrojando piedras y agitando las barras policiales. Además, la Casa Blanca apagó sus luces, en un acto muy rara vez visto.
Los manifestantes en Filadelfia lanzaron piedras y bombas incendiarias a la policía, según las autoridades, mientras saqueadores en más de 20 ciudades de California allanaron comercios y se llevaron todo lo que podían cargar: zapatos, ropa, celulares, televisores y otros productos electrónicos.