A la orilla del río Curucutí en Montesano, parroquia Carlos Soublette, conviven más de cien familias hacinadas por su condiciones precarias. Desde hace tres meses no les surten gas, por lo que con fogones dentro de sus humildes viviendas hacen esfuerzos para medio alimentar a sus hijos.
Arelis Ruiz informó que los niños han tenido problemas respiratorios por la emanación del humo a diario y han agotado las gestiones ante las autoridades y nadie les da soluciones, aunado a que las fallas de agua son eternas en esta comunidad, sin posibilidades de comprar cisterna.
Afirmó que en el sector no hay coronavirus sino hambre, y la gente está pasando mucha necesidad porque desde hace meses se olvidaron de la venta de la caja Clap que supuestamente estaba garantizada dos veces al mes y ya tienen más de dos sin recibirla.