- No ha llegado la gandola que viene de Guatire
Luisana Herice
luisanahglaverdad@gmail.com
Debido al retraso del suministro de gas a la empresa, los usuarios se han visto en la obligación de acudir al llenadero de Zamora a recargar sus bombonas, donde tienen que esperar hasta tres horas para ser atendidos, pues la demanda es alta y la reserva es poca.
Así lo informó un trabajador de la empresa, quien detalló que a esta contingencia se le suma la falla en la distribución a las comunidades, la cual sigue siendo deficiente por la falta de camiones.
“Las protestas han retrasado el despacho de gas a la empresa, por lo que se está trabajando con la reserva. Las colas en el llenadero son cada vez más largas porque los habitantes de diferentes sectores se movilizan hasta acá para surtirse”.
Señaló que el problema del despacho puede resolverse en cualquier momento cuando las vías estén despejadas, sin embargo, la falla en el suministro se mantendrá porque solo hay operativos 20 camiones.
“33 están accidentados por cauchos y repuestos. Una parte está en el taller, pero los mecánicos no han podido hacer nada porque no tienen los repuestos que se necesitan. La otra se mantiene varada en el estacionamiento del llenadero esperando por insumos”.
Jonathan Flames, habitante de La Tropicana, Montesano, se encontraba la mañana de ayer en el lugar y manifestó que tenía casi cuatro horas esperando para ser atendido. “Tuve que venirme hasta acá porque el camión tienen más de 15 días que no sube a mi comunidad. Aquí hay retraso, pero sí están atendiendo. Cuando llegué la cola estaba larga, pero un camión atendió una parte y dijo que debíamos esperar que llenara nuevamente”.
Denuncian maltrato a trabajadores
Trabajadores que por miedo a represalias no quisieron identificarse, denunciaron que están siendo víctimas de maltrato y de acoso laboral. “Nos amonestan y suspenden el día de trabajo sin motivos. A un compañero lo devolvieron y no lo dejaron trabajar porque no cantó el Himno Nacional y no le rindió pleitesía a Chávez. Esto un abuso, no pueden obligarnos a pensar igual a ellos”./jd