Con cincuenta años en el oficio de pescador, Carlos Mendoza, recuerda que la tragedia de Tacoa en el año 1982 fue precisamente porque no le prestaron atención a un derrame de petróleo por una de las tuberías. “A más de un mes de que se ha alertado sobre las fugas de combustible, no se han tomado medidas y estamos expuestos a una bomba de tiempo”.
Comentó que un derrame por más pequeño que sea obliga a tomar las medidas preventivas, pero en este caso han tratado de ignorarlo lo que mantiene preocupado al gremio pesquero de la zona, que sí se ha dado cuenta./jd